Los calores, las lluvias que han estado presentes de manera casi habitual hasta comienzos del mes pasado y el carácter casi tropical del maíz hacen que sea la situación ideal para este cultivo.
Va a toda velocidad el maíz en Castilla y León, sobre todo beneficiado por las altas temperaturas y la existencia de reservas de agua para no racanear en los riegos. Los maizales leoneses estaban ya hace dos semanas con veinte días de adelanto: espigando y fecundando.
“En muchos sitios están un metro más altas que el aspersor”, describe Matías Llorente, presidente de Ucogal, maravillado entonces por el panorama. “Hay agua y calor. Para el maíz esto es un vergel”, dice.