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InicioGeneral¿Qué se espera de la próxima cosecha de aceite de oliva?

¿Qué se espera de la próxima cosecha de aceite de oliva?

Aumentan las dudas sobre la próxima cosecha. La que se preveía una campaña récord ha ido rebajando las expectativas, debido a las condiciones meteorológicas

Natalia Lozano

El tiempo atmosférico ha propiciado que haya un aumento de plagas en los olivares. Las continuas lluvias de la primavera y las altas temperaturas de junio han hecho que la producción no sea tan alta como se esperaba. “Aunque quedan todavía varios meses importantes, se espera una cosecha buena, pero no de récord como se estimaba”, admite Rafael Pico, director adjunto de Asoliva, la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva y Aceites de Orujo.

Bien es cierto que las dos cosechas anteriores fueron tan bajas que rompieron la estabilidad que vivía el sector. En la cosecha 2023-2024 su produjeron 855.000 toneladas y en la anterior 2022-2023, 655.000 toneladas. “La sequía y las plagas hicieron que fueran cosechas muy bajas en cuanto a producción, lo que llevó consigo una subida de los precios al consumidor”, lamenta Pico.   

Respecto a la campaña 2024-2025, el director adjunto de Asoliva resalta que “ha superado con creces lo que se esperaba”. El año pasado la climatología acompañó y «las lluvias que ayudaron a que el campo diera fruto y buena cantidad. De tal manera que los rendimientos aumentaron un 21%». Esto ha hecho que sea una cifra para retomar la “normalidad de exportación española y que vuelva a recolocarse en los mercados internacionales”.

Bajan las expectativas para esta campaña

Según el sector agrario, esta expectativa de una próxima “campaña récord” no está asegurada, ni mucho menos: las plagas y las altas temperaturas pueden tener un impacto importante, en una cosecha que aún debe pasar por varias semanas críticas. “La previsión para esta cosecha, siendo profundo conocedor de la zona, es que va a ser bastante inferior a lo que se espera debido a las altas temperaturas alcanzadas en el periodo de la floración”, admite Antonio Moreno, agricultor y socio de la Cooperativa San Isidro.

Los precios en el mercado de este sector se rigen por la oferta. Esta oferta es consecuencia de la cantidad de aceite que los productores ponen a disposición del mercado. “Al haber menos producción de aceite, el precio sube, que es lo que ha pasado estos años. Hay mercados que lo han aceptado como EE. UU., pero, por ejemplo, el mercado de China ha bajado mucho el consumo porque el consumidor ha decidido no comprarlo a ese precio”, asegura Pico.

Rafael Pico, director adjunto de Asoliva

Mientras, por parte de la administración central, se ha iniciado un proceso de consulta para abordar el tema de la comercialización del aceite de oliva en la campaña 2025/26.  El gobierno estudia la posibilidad de retirar aceite de oliva para evitar el exceso de oferta y en consecuencia la bajada del precio en origen del aceite de oliva.

¿Cuál es el motivo? Si la cosecha de aceituna es muy elevada y se produce una «sobreoferta» de aceite, según explica el Ministerio, se puede producir una bajada de precios y una «desestabilización de los mercados». Si bien es cierto que el sector pone en duda las expectativas tan altas de esta campaña. Desde Asoliva consideran que “la retirada no es la vía para revalorizar los aceites de oliva. Entendemos que el intervencionismo no ayuda, lo que se debe de hacer es una mayor promoción para que el aceite esté más valorado y requerido en terceros países y en consecuencia pueda subir el precio”.

Incertidumbre por los precios

Además, los últimos datos del índice de Precios de Consumo (IPC) no dejan buenas noticias para el sector. Los números hacen ver la caída del precio del aceite de oliva. La bajada es de un 45,7% interanual para el aceite de oliva, mientras que la categoría de “otros aceites comestibles” y la dedicada a la mantequilla muestran repuntes del 18,7% y del 6,7% respectivamente. Estos datos tienen un claro perjudicado: los agricultores.

“Es una verdadera pena porque el olivar tradicional está abocado a la extinción porque con estos precios es insostenible. De hecho, muchos agricultores ya están vendiendo a pérdidas. La mayoría de las explotaciones de la zona son familiares, tienen maquinaria propia y no tienen tantos costes; si no, sería inviable,” lamenta Moreno. Además, reconoce que ya muchos agricultores están buscando otras opciones más rentables que el olivar tradicional. “Ya tengo tres olivares en superintensivo con variedades de mejoras genéticas y una de ellas es de secano. A los tres años está produciendo, y los costes estarían entre 1,10€.”

Además, el sector vive con incertidumbre el impacto de los aranceles del 30% anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump. En el caso de aplicarse, estos afectarían de manera directa a la industria del aceite de oliva. Las exportaciones de aceite superan los 1.000 millones de euros, siendo el principal producto agroalimentario que España vende en el país norteamericano.

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