La campaña de cítricos 2025-2026 comienza con un panorama de claroscuros para los agricultores. Tras dos años de precios bajos, la mala floración de esta primavera y las condiciones climáticas irregulares han reducido notablemente la producción. En España, la producción de cítricos (naranjas, mandarinas, limones y pomelos) se concentra principalmente en la zona mediterránea (55–60% de la producción nacional), y en Andalucía en torno al 20% de la producción nacional.
Los datos del aforo 2025/26, publicados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, implicaría que nos encontraríamos ante la cosecha más corta desde hace 16 años, en la campaña 2009/10. Según estos datos se producirán unas 654.550 toneladas menos que la cosecha pasada y más de 900.000 t. menos que en una campaña media, que se concentran en naranjas (-460.000t) y en menor media en pequeños cítricos (-283.800t) y limones (-180.800t).
En cuanto al limón, se estima una caída del 30 al 40% respecto a campañas anteriores. Este descenso ha impulsado los precios, que ya se sitúan por encima del euro por kilo, un nivel inusual en esta época del año. “Venimos de dos años en los que el limón estaba muy barato. Ahora, con menos kilos, entre un 40% menos de producción, y una floración floja, se está pagando caro”, explica el productor malagueño Francisco Fortes.

El clima, un desafío constante
Las lluvias otoñales han sido “muy beneficiosas”, según los agricultores, por su reparto uniforme y su efecto en el ahorro de riegos y la limpieza de los árboles. Sin embargo, el impacto del cambio climático sigue siendo evidente: inviernos más suaves que no eliminan las plagas y veranos con picos de calor y humedad que impiden el correcto descanso de los árboles. “Ya no tenemos las producciones que antes. Llevamos seis o siete años en descenso, tanto por superficie como por hectárea”, señala desde Valencia el agricultor Nando Durá. “El árbol no descansa, y eso se nota.”

La campaña comenzó con buenas perspectivas, pero el acuerdo comercial con Sudáfrica, que mantiene el arancel cero, ha frenado la salida del producto nacional en las primeras semanas. La recolección plena no se espera hasta mediados de noviembre.
Además del limón, los productores han iniciado ya la recogida de las primeras clementinas y naranjas tempranas, también con volúmenes por debajo de la media.
“Debido al cambio climático ya no tenemos las producciones que teníamos antes, las plagas y las armas que tenemos para competir son las que hay. Llevamos 6 o 7 años en descenso de producción tanto por superficie y por hectárea”. Señala Durá.
Desde La rinconada (Sevilla), Antonio Jiménez, productor de naranja, nos cuenta que “han bajado las producciones en general, más de un 45%, hay parcelas que están bien, pero en la mayoría, se va a producir casi la mitad del año pasado”.

El verano tan prologando y las lluvias en los días de la floración “afectaron mucho a los árboles, ahora las lluvias de estos días han venido muy bien para limpiar el árbol, han caído entre 80 y 90 litros”, asegura Jiménez.
Menos fruta, más valor
A pesar del recorte en la producción, el equilibrio entre oferta y demanda puede jugar a favor del agricultor. Con menos kilos y una calidad que se prevé buena gracias a las últimas lluvias, los precios podrían mantenerse firmes a lo largo de la campaña.
En palabras de Durá, “el campo sigue respondiendo. Si el clima acompaña y el mercado se estabiliza, podemos tener una campaña corta, pero rentable”.
El precio ha subido en comparación con el año pasado, “pero no ha subido tanto como ha bajado la producción. El año pasado estábamos sobre los 30 céntimos el kilo y este año entre 35 y 40 céntimos”. “Si la naranja sube más de precio, el consumidor no compra, con estos precios, tanto consumidor como productor, estamos contentos”, indica Jiménez.







