spot_img
spot_img

spot_img
InicioDESTACADAMicrobioma del suelo, seguro biológico de los viñedos contra el cambio climático

Microbioma del suelo, seguro biológico de los viñedos contra el cambio climático

El proyecto Mycowine pone el foco en los microorganismos locales del suelo para afrontar el cambio climático y elevar la calidad del terroir

María Álvarez Escalante

El futuro de los grandes vinos españoles se escribe en el viñedo. En un momento en que el cambio climático pone a prueba la supervivencia de la viticultura mediterránea, un proyecto ha surgido para mirar a la raíz del problema. ¿La solución? Está en el suelo.

La iniciativa, impulsada por la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León (Vitartis) y la biotecnológica IDForest, está demostrando que la resiliencia del viñedo reside en el vasto y complejo universo de su microbioma.

Los aliados invisibles

La motivación del proyecto Mycowine es clara: “poner el foco en los suelos como elemento básico para la salud, sostenibilidad y supervivencia de los viñedos”, explica Jaime Olaizola, CEO de ID Forest y director del proyecto.

Dentro de este ecosistema biológico, el proyecto ha identificado a un grupo de organismos clave: los hongos micorrícicos. Estos hongos establecen una simbiosis crucial con la vid. No son una ayuda accesoria, son un salvavidas en condiciones extremas.

“El más importante es el grupo de los hongos micorrícicos que son los únicos microorganismos que ayudan a la viña a absorber agua del suelo y permite a la planta superar momentos de extrema sequía o altas temperaturas”, explica Olaizola.

Además de su papel como “bombas de agua” naturales, cumplen una función de control biológico, desplazando a hongos patógenos y limitando el efecto de las enfermedades.

‘Terroir’ a la carta

Mycowine no busca aplicar soluciones genéricas. Su innovación reside en la personalización biológica del viñedo. El proyecto se resume en tres pasos:

Análisis: se estudia el microbioma de cada parcela para detectar los microorganismos beneficiosos.

Aislamiento y multiplicación: los hongos y bacterias de mayor interés se aíslan y se multiplican en laboratorio.

Aplicación local: se reintroducen en el mismo suelo del que proceden, garantizando una adaptación óptima a las condiciones climáticas y edáficas locales.

Esta estrategia es vital para preservar la esencia de cada zona productora: “De esta manera no se aportan al suelo microorganismos externos y se preserva el terroir y la singularidad biológica del suelo”, subraya Olaizola. El objetivo es que cada bodega disponga de su propio producto biológico a medida.

Resultados preliminares

En su fase de desarrollo, el proyecto MYCOWINE, financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), ha analizado suelos de bodegas punteras en Denominaciones de Origen como Ribera del Duero, Toro y Rioja, como Matarromera, Bodegas Bilbaínas, Fariña, Pago de Carraovejas, Pradorey e Yllera.

La conclusión más relevante hasta ahora es que el estado de la microbiota está directamente relacionado con la gestión vitícola. La adición de materia orgánica y el mantenimiento de cubiertas vegetales son prácticas que determinan un microbioma saludable, frente al laboreo excesivo o el uso de fitosanitarios.

El equipo ya ha logrado establecer una correlación científica entre los microorganismos analizados y el nivel de micorrización de la viña, un indicador objetivo de sostenibilidad.
“Esto es muy novedoso y permite dar un valor objetivo de una gestión sostenible o regenerativa en el viñedo,” detalla Olaizola.

El siguiente paso es reforzar las inoculaciones en las parcelas más complejas, dejando zonas de control para evaluar la evolución en la calidad de la uva y el vino. El análisis final se realizará con métodos avanzados, incluyendo la Inteligencia Artificial (IA).

El futuro: menos químicos, más biodiversidad

La implicación de los viticultores ha sido muy positiva, mostrando una “enorme predisposición a entender esta tecnología”. Es un reconocimiento al suelo, “que siempre se ha hecho en viticultura, pero ahora dando el valor que se merece a los microorganismos”.

Mycowine representa un camino de no retorno hacia una viticultura más verde, eficiente y adaptada. “La sostenibilidad por definición es a largo plazo, que nuestros nietos puedan disfrutar de la componente natural, paisajística, cultural y gastronómica del mundo del vino”, concluye.

NOTICIAS RELACIONADAS
spot_img
spot_img
spot_img