La campaña de la planta de fresa avanza con buenas perspectivas y estabilidad comercial. Castilla y León mantiene su liderazgo en la producción de planta con alrededor de 1.500 hectáreas de viveros y unos 950 millones de plantas al año, que abastecen principalmente a Huelva, donde se concentra la mayor parte de la producción nacional de fruto.
Pese a los desafíos que se enfrentan en la mayoría de las campañas el sector mantiene su dinamismo gracias a la diversificación genética, la fortaleza de los viveros y la estabilidad del comercio exterior.
Segovia, referente nacional en el cultivo de fresa
La campaña de planta de fresa se inicia con un balance “claramente positivo”. Las condiciones de este arranque, marcadas por temperaturas templadas, están permitiendo una implantación exitosa en la mayor parte de las explotaciones.
El Pinar es una de las empresas productoras de fresa y frutos rojos de esta zona. Donde la planta madre de fresa se siembra en viveros de altura, principalmente entre los meses de marzo y abril, desarrollándose vegetativamente hasta el mes de octubre cuando se empieza a trasladar a la provincia de Huelva para su plantación.
Implantación más eficiente y mejor ritmo de desarrollo
Desde la empresa El Pinar señalan que, respecto a la campaña anterior, se está observando un enraizamiento más firme y una reducción notable de los replantes, síntoma de una planta más homogénea y con mejor adaptación al terreno.
La presencia de días soleados en esta primera fase ha sido determinante. “El ritmo de desarrollo está siendo óptimo, la planta responde con vigor y las condiciones acompañan”, explican desde el equipo técnico.
En los viveros, las condiciones han sido estables, sin los retrasos generados el año pasado por las lluvias de marzo. Aunque en agosto se registraron temperaturas algo más altas, el conjunto del ciclo se ha desarrollado en rangos adecuados para la fresa.

Más protección ante el clima
La climatología marca cada vez más el devenir de las campañas, por lo que El Pinar ha reforzado su estrategia de mitigación frente a calor extremo o lluvias intensas. Entre las medidas más extendidas destacan las mallas de sombreo, que son capaces de reducir hasta 5 °C la temperatura respecto a zonas sin cobertura. Una aspersión frecuente para refrescar la planta y evitar estrés térmico. Y un mayor uso de plantas en maceta, una técnica que deja de verse solo como herramienta de precocidad y se consolida como un recurso clave para mejorar la tolerancia climática y reducir riesgos en plantaciones tardías.
“Las macetas dan margen y seguridad al agricultor. Nos permiten manejar mejor los tiempos y asegurar resiliencia y calidad en la fruta”, subrayan desde la empresa.
El trasplante
Para El Pinar, el principal reto sigue siendo el control térmico durante el trasplante, especialmente en las plantas de raíz desnuda, más sensibles a los picos de calor.
Por ello insisten en evitar arranques tempranos en vivero y ajustar la plantación a las ventanas óptimas. Las operaciones de refresco por aspersión y el manejo de cubiertas plásticas también son determinantes cuando coinciden lluvias fuertes, que pueden dañar el caballón y comprometer el anclaje de la planta.

Apuesta por la alternancia de formatos
Con la campaña ya en marcha, transmiten un mensaje de confianza al sector. “Partimos de una buena base. Este año la implantación está siendo favorable y eso se traduce en expectativas positivas”, indican. Además, recomiendan alternar plantaciones a raíz desnuda con plantación en maceta, “una combinación que aporta flexibilidad, mayor resiliencia frente al clima, volúmenes productivos más elevados y fruta de calidad”.







