Natalia Lozano
La campaña mundial de girasol 2025 presenta un impulso significativo respecto al año anterior. Las estimaciones del USDA sitúan la producción global en 55 millones de toneladas, un aumento de 3 millones respecto a 2024, aunque aún lejos de los niveles alcanzados en la campaña 2021-2022. En perspectiva histórica, mundialmente se ha duplicado la producción de girasol en los últimos 25 años.
Rusia se mantiene como líder mundial con 18 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 7%. Le sigue Ucrania con 13,5 millones, un 4% más que la campaña anterior. Por su parte, la Unión Europea alcanza los 9,5 millones de toneladas, un 11% más, mientras que Argentina registra una fuerte caída del 16%. China destaca con un crecimiento notable del 20%.
Europa avanza discreta, lejos de sus mejores años
Pedro Gallardo, agricultor, subraya que, en Europa, la cifra de 9,5 millones de toneladas contrasta con la estimación de la Comisión Europea, que sitúa la producción en 8,8 millones. En cualquier caso, se observa un leve avance frente a los 8,3 millones del año pasado, aunque todavía se está muy por debajo de los 10,4 millones producidos en 2017.
“Europa lleva 15 años estancado. Subimos ligeramente, pero en realidad perdemos competitividad”, apunta el especialista.
España: menos superficie y un cultivo en retroceso
En el ámbito nacional, los datos del MAPA señalan una superficie de 665.000 hectáreas, un 12% menos que en 2024 (752.000 ha) y lejos de las 773.000 ha registradas en 2023.
“España ha perdido más del 30% en los últimos años, es un cultivo muy necesario, clave en las rotaciones con cereales, pero está perdiendo competitividad más rápido que Europa”, lamenta Gallardo.

Fuerte caída de los precios y presión de las importaciones
El mercado también refleja dificultades y los precios han bajado respecto a campañas anteriores:
- Girasol normal: entre 440 y 480 €/t esta campaña, lejos de los 685 €/t de 2022 (una caída del 36%).
- Alto oleico: precios actuales en torno a 545 €/t, frente a los 775 €/t de 2022, lo que supone una bajada del 25%.
Además, el sector acusa la entrada de producto ucraniano “mucho más barato”, lo que, según Gallardo, “está hundiendo los precios”.
Falta de herramientas y el reto tecnológico
Los agricultores, señala, reclaman el acceso a sustancias activas que están desapareciendo del catálogo autorizado. “Son necesarias para la salud del cultivo y las alternativas no son eficaces. Apenas se conceden autorizaciones excepcionales”, denuncia.
Aunque a nivel global la campaña será mejor que en 2024 gracias a mayores rendimientos, España queda rezagada.
No obstante, Gallardo destaca un punto de esperanza: el posible cambio de postura europeo respecto a las técnicas genómicas de edición vegetal.
“Estas tecnologías no introducen genes externos y ya se emplean en otras partes del mundo. Podrían permitir un girasol más resistente al calor y mejor adaptado, y es imprescindible que Europa no vuelva a quedarse atrás”, afirma. Además Gallardo, es Portavoz de Agricultura en el Congreso de los Diputados y señala que es respecto a este tema han trabajado “muy duro” junto con su compañero Javier Folch porque “creemos que es muy importante avanzar en ello y por eso presentamos una Proposición no de Ley en la comisión de agricultura”.
En su opinión, si Europa facilita la llegada de esta innovación y ofrece seguridad normativa, aumentará la incorporación de jóvenes, la inversión industrial y la competitividad del sector. Actualmente, asegura, “hay tecnología, hay industria que quiere apostar, pero necesitamos que la innovación se quede en Europa y no se vaya fuera”.
Caída de los rendimientos
En el ámbito nacional, el agricultor gaditano, Ramón Holgado, también ha realizado un balance de la campaña de girasol, marcada este año por una notable caída en los rendimientos. Según explica, la producción ha sido un 20% menor que la del año anterior, consecuencia directa de las altas temperaturas y de que casi el 90% de los agricultores sembraron fuera del ciclo habitual.
Holgado detalla que en la zona se sembraron aproximadamente 7.000 hectáreas, manteniendo la superficie respecto a campañas anteriores. La producción total ha rondado las 6.500 toneladas, de las cuales el 90% corresponde a girasol alto oleico y el 10% al tradicional.

En cuanto a precios, el agricultor señala que “no han estado muy mal del todo”, situándose en torno a 600 euros por tonelada para el alto oleico, y unos 100 euros menos para el clásico. Las cotizaciones se mantienen estables y, en su caso, ya han vendido prácticamente toda la producción aprovechando los momentos de precios más altos.

Mirando hacia adelante, Holgado afirma que ya piensan en la próxima siembra, prevista para finales de enero y principios de febrero, fechas en las que, asegura, “se obtienen mejores rendimientos que en las siembras tardías, como ocurrió el año pasado”.







