Los regantes están satisfechos con la reserva que guardan los embalses y confían en que así no se repetirán en la próxima campaña las penurias de 2017
La llegada de octubre da por concluida, de manera oficial, la campaña de riego. La reserva en la cuenca es histórica, con más de la mitad de su capacidad -un 50% por encima de la media de los últimos diez años- y la próxima campaña de riego ya garantizada, a poco que llueva y nieve este invierno.
Desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) consideran “prematuro” dar datos definitivos sobre la campaña de riego, toda vez que, dadas las características del año hidrológico se prevé que se extienda la campaña real hasta mediados de octubre en la práctica totalidad de los sistemas.
El presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes de la Cuenca de la Cuenca del Duero (Ferduero), Ángel González Quintanilla, avanza que “el próximo año vamos a seguir igual. Hay que guardar todo lo que se pueda porque la experiencia del año pasado fue tremenda. Ya no hay agricultura familiar; es industrial. Hay que competir, y para ello el agua es la herramienta fundamental”.
El cambio del Gobierno estatal -y de la dirección de la CHD- ha supuesto una interrupción y cierta incertidumbre para los regantes. Ya se han reunido con el ministro de Agricultura, Luis Planas, a quien le han pedido que transmita a Hacienda la necesidad de que el coste de la factura eléctrica de las comunidades de regantes sea más asequible.
Factura eléctrica
El proyecto para hacer dos tipos de contratos -uno para cuando necesitan más potencia y otro para la época invernal en la que no consumen porque no es necesario el riego- está aún por hacerse realidad. A los regantes les penaliza la subida de la energía pero, sobre todo, los impuestos. Son fijos incluso cuando consumen de la red.
“Estamos pagando un dinero que no gastamos. Vamos a ver qué podemos conseguir, aunque ahora mismo hay poca perspectiva de lograr algo”, admite el dirigente de Ferduero.
En la CDH confían en que la reserva final de embalses va a superar el 50% en la práctica totalidad de los sistemas, de forma que, por debajo de este valor, solo van a quedar el embalse de Villameca (40%) que garantiza las necesidades del Sistema Tuerto y Pisuerga (45%); incluso el Sistema Órbigo que, el año pasado, escasamente alcanzaba el 5% de su capacidad de embalse, este año se ha movido todos los meses en máximos históricos y cierra campaña con valores de embalse muy próximos al 50%.
Los regantes
“No ha habido problemas”, explica satisfecho el presidente de la comunidad de regantes burgalesa Cabecera del Río Riaza, Serafín Calvo. Tan contento que considera que queda agua de sobra en el embalse segoviano de Linares del Arroyo. “Daría para más de otra campaña…”, asegura. “Si no llueve nada tenemos incluso la próxima campaña garantizada. Pero algo tendrá que llover… Para el próximo año no hay problema”, insiste el presidente.
“Desde que estoy de presidente [diez años] ha sido esta la campaña más tranquila con mucha diferencia”, describe Julio César Carnero, presidente de la comunidad de regantes Canal del Páramo Medio. “Hemos vivido los dos extremos: el año pasado fue el peor y este ha sido el mejor”, completa. Aquí el cereal apenas ha requerido agua.
Carnero cree que es prioritario modernizar las comunidades de regantes antes que hacer esos sistemas para guardar agua. Sí opina, por otra parte, que tienen un problema. “Hay poca capacidad para almacenar agua en las balsas actuales. Necesitaríamos otros 120 metros cúbicos más y aprovecharíamos el agua al cien por cien”, propone el presidente de los agricultores del Paramo Medio.