Ricardo Ortega
La sequía que padecen algunas zonas de España es una vieja conocida de la provincia de Almería, un territorio donde el agricultor ha tenido que adaptarse con mucha imaginación y mucha pelea.
Lo cuenta Antonio López, gerente de la Comunidad de Regantes del Campo de Níjar, para quien el agua desalada ha sido la salvación de la comarca. “No podríamos haber sobrevivido de otra manera”, subraya. Ha sido la fórmula que les ha permitido regar desde el año 2005, cuando se firmó un convenio por 50 años con el Ministerio de Agricultura.
Gracias a ese acuerdo el regante se beneficia de un precio de 0,453 euros por metro cúbico, y así lo hará al menos durante los próximos diez años, según se acordó el año pasado.
Ese precio es inferior al coste real de obtener el agua y parece un regalo del Estado, pero contar con este recurso fue una conquista de muchos años, con muchas reuniones en los despachos “y muchos cortes de carreteras”, recuerda López.
En las casi dos décadas transcurridas cada vez se produce más agua y cada vez se saca más partido de ella, como destaca el gerente de esta comunidad de usuarios, un “enamorado del agua” que a sus 72 años no piensa en jubilarse.
El uso de esta agua “no tiene desventajas”, por mucho que algunas voces alerten frente al residuo de sodio, “cuando en realidad otras fuentes de este recurso tampoco están limpias”, señala. Y al mar no se le hace daño cuando se le devuelve la sal, puesto que “cada vez tiene más aportes por el deshielo”.
Los invernaderos
En la comarca el 97% de la agricultura es intensiva y bajo invernadero. Fuera de ellos se plantan cultivos como la lechuga, pero son residuales. Las producciones hortícolas tienen unos gastos de 60.000 euros por hectárea, de los que la mitad corresponden a la mano de obra. Se trabaja once meses al año. Se siembra entre julio y agosto y se levanta el cultivo un año después.
Los empleados han venido de otros países porque la población local ya tiene su propio invernadero o se dedica a otras tareas. Antonio López destaca que el trabajo en el invernadero “es llevadero, más que el de albañil”.
El agua supone el 5% de los gastos. “Cuando se regaba con el agua de los pozos esa cifra era del 2%”, recuerda.
Al mismo tiempo, el interior de la provincia va siendo cada vez más seco y está perdiendo algunos cultivos, como la almendra, “cuando podría haber agua si se hicieran bien las cosas”.
6.211 beneficiarios
Se acaban de firmar dos acuerdos con SEIASA para construir balsas en las que guardar el agua. Y es que la desaladora “es una fábrica que no se detiene durante 24 horas al día, 365 días al año”, como la describe el gerente de la comunidad.
El acuerdo firmado con el ministerio supone una inversión de 60,4 millones de euros y en él ha participado también la junta central de usuarios del acuífero del poniente almeriense. En conjunto, 6.211 usuarios podrán mejorar la eficiencia hídrica y energética en 18.033 hectáreas de sus regadíos.
La secretaria de Estado de Agricultura y Alimentación, Begoña García Bernal, ha destacado que el agua regenerada “es una oportunidad de oro para territorios como Almería, donde cada gota cuenta, donde el buen uso de un recurso tan escaso y valioso permite una transformación radical gracias al suministro constante, eficiente y sostenible”.
También ha incidido ha incidido en que la utilización de aguas desaladas “es un método imprescindible para avanzar en la sostenibilidad ambiental de los regadíos, garantizar el abastecimiento y combatir la sequía”.
España se sitúa a la cabeza de Europa en producción de agua desalada y es el cuarto país del mundo en capacidad instalada, con una producción diaria de cerca de 5 millones de metros cúbicos para abastecimiento, riego y uso industrial. Más del 21% del agua desalada en el país va destinado a la agricultura. “España es, a nivel mundial, un ejemplo de regadío con agua desalada”, ha afirmado la secretaria de Estado.
Garantía de riego en Níjar
El proyecto de mejora de la capacidad de regulación y almacenamiento de agua desalada en la comunidad de usuarios de aguas de la comarca de Níjar cuenta con un presupuesto de 11,4 euros, beneficiará a 2.500 regantes y actuará sobre una superficie de 10.100 hectáreas en los municipios de Níjar, Almería, Lucainena de Las Torres y Sorbas.
El objetivo de la actuación es garantizar el suministro de agua desalada, al evitar las restricciones en algunas épocas del año y aumentar el consumo aguas no convencionales, lo que disminuye las actuales extracciones del acuífero que abastece la zona y favorece su recuperación.
La actuación comprende la ejecución de dos balsas de regulación, estaciones de bombeo, plantas fotovoltaicas para autoconsumo y las conexiones con las redes ya existentes.
Agua desalada y regenerada en el Poniente
La inversión para el proyecto de modernización de la zona regable Tierras de Almería asciende a 30.000.000 euros (IVA no incluido) y permitirá la modernización de 2.800 hectáreas que cultivan 890 regantes en el municipio de El Ejido.
El objetivo de la actuación es el aprovechamiento de las aguas de la desaladora del Campo de Dalías en las comunidades de base de la junta central de usuarios del acuífero del poniente almeriense, en la que se integra la zona regable Tierras de Almería, reduciendo así las extracciones de las aguas subterráneas.
La actuación comprende la ejecución de nuevas conducciones primarias y secundarias hasta los hidrantes para el transporte de aguas convencionales y no convencionales, así como dos balsas y un sistema de telecontrol.
También dentro de esta zona regable, el tercero de los convenios firmados supondrá la ejecución del proyecto de obras complementarias para el aprovechamiento del agua regenerada de la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de El Ejido.
