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domingo, abril 28, 2024
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Reutilización de agua para uso agrícola: una solución sostenible para la escasez hídrica

La extracción de agua para la agricultura representa el 70% del total a nivel mundial, según datos de Naciones Unidas. En España, el regadío agrícola es el principal consumidor de agua. Además, las superficies de regadío han continuado creciendo en las últimas décadas para satisfacer la creciente demanda de alimentos.

Elena Crespo Olazabal. AEDyR

El aumento de consumo de agua dulce plantea retos significativos para el sector agrícola, especialmente en momentos de escasez hídrica como los que afrontamos actualmente. En este contexto, la reutilización de agua para la agricultura surge como una solución sostenible en la gestión de los recursos hídricos.

En este campo, España destaca como líder europeo en reutilización de agua. Es el país que produce el mayor volumen de agua reutilizada y ocupa la quinta posición a nivel mundial en capacidad de reutilización instalada. La innovación tecnológica desempeña un papel fundamental en el desarrollo y crecimiento de esta práctica.

El 27% de las más de 2.000 estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) de nuestro país están preparadas tecnológicamente para ofrecer los tratamientos terciarios que posibilitan la reutilización del agua, que se estima en unos 500-600 hectómetros cúbicos al año (según datos del INE en el periodo de 2006 a 2020) y representa el 10-12% del agua residual tratada.

La diversidad de las regiones españolas se refleja también desde una perspectiva hídrica, de tal forma que el uso de la reutilización varía enormemente en función del territorio y se concentra, mayoritariamente, en zonas donde el estrés hídrico es más pronunciado. El 90% del total de agua reutilizada se concentra en la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Islas Canarias e Islas Baleares y grandes ciudades como Madrid o Barcelona.

Valencia es la comunidad que mayor caudal de agua reutiliza (en 2021, 256,98 hm3, correspondiendo 127,22 hm3 a usos productivos como son la agricultura (94,5%), las actividades recreativas (3,1%), urbanas (1,3%) e industriales (1,1%), mientras que los restantes 129,76 hm3 tuvieron una finalidad medioambiental) y Murcia es la que lo hace en un mayor porcentaje, llegando a alcanzar en 2022 el 98% del agua residual tratada.

Conjuntamente en ambas regiones se produce más de la mitad del agua regenerada que se usa para riego en toda España, que es el principal uso de este recurso.

El 60% del agua regenerada de nuestro país se destina a riego agrícola; el resto, a usos recreativos (riego de campos de golf…), municipales (riego de zonas verdes, limpieza de calles…) y, de manera más minoritaria, industriales.

También es destacable el cada vez mayor interés que despierta su uso para la mejora ambiental de otras fuentes de agua, como, por ejemplo, la recarga de acuíferos, humedales o mejora de los caudales ecológicos de los ríos.

Los beneficios de la reutilización de agua en la agricultura son varios. La conservación de recursos hídricos se logra al maximizar su uso, aprovechando aguas residuales tratadas en lugar de agotar fuentes de agua dulce. Esto no solo ayuda a preservar las reservas de agua, sino que también contribuye a mantener un equilibrio en los ecosistemas acuáticos.

Constancia

Otra ventaja es que la reutilización de agua en la agricultura garantiza un suministro constante, lo que puede conducir a un aumento en la productividad y calidad de los cultivos.

Este suministro constante es especialmente importante en regiones propensas a sequías, donde la disponibilidad de agua puede ser limitada y tener un impacto significativo en la producción agrícola. Así, la reutilización de agua contribuye a la seguridad alimentaria y al bienestar de las comunidades agrícolas.

Como comentamos anteriormente, los desarrollos tecnológicos son claves para el desarrollo de las tecnologías de tratamiento de aguas residuales. En este sentido, existen procesos que incluyen filtraciones avanzadas, como la ultrafiltración y la ósmosis inversa. Estos son eficaces para eliminar contaminantes y patógenos del agua residual, produciendo agua de alta calidad apta para el riego.

De hecho, España fue uno de los primeros países en incluir tratamientos terciarios con tecnologías de ultrafiltración y ósmosis inversa, como es el caso de Campo Dalias para inyección de acuífero y posteriormente uso en riego y con calidad de agua potable.

Por otro lado, existen procesos de desinfección (ultravioleta, ozono…) que aseguran remoción eficaz de microorganismos patógenos del agua residual.

La implementación exitosa de proyectos de reutilización en agua para agricultura afronta varias consideraciones que es necesario tener en cuenta:

» Seguridad Sanitaria. La implementación de las tecnologías de tratamiento más avanzadas asegura la seguridad sanitaria de los cultivos regados con agua reutilizada, algo fundamental para proteger la salud pública y garantizar la aceptación del consumidor.

» Percepción pública. Superar las preocupaciones asociadas al uso de agua reutilizada en la agricultura requiere una comunicación efectiva y educación sobre los beneficios y precauciones asociados.

» Legislación y normativa. El nuevo Reglamento europeo sobre reutilización del agua para riego agrícola representa un hito importante en la regulación de este recurso en la Unión Europea. Este reglamento, aprobado en junio de 2020, y en aplicación desde junio de 2023, busca homogeneizar las normativas relacionadas con el uso del agua regenerada en todos los Estados miembros, estableciendo requisitos mínimos armonizados de calidad del agua y disposiciones de gestión de riesgos, con el fin de facilitar la adopción de esta práctica y garantizar su sostenibilidad a largo plazo.

En virtud de este reglamento, todos los países miembros de la UE están obligados a adaptar su legislación nacional para el riego agrícola a estos estándares, con la excepción de aquellos que opten por una cláusula de exclusión voluntaria.

En el caso de España, cuya legislación en esta materia data de finales de 2007, se requerirá una adaptación para cumplir con la nueva normativa comunitaria. Sin embargo, el Real Decreto 1620/2007 seguirá aplicándose para otros usos permitidos por la legislación española, como los ambientales, recreativos, urbanos e industriales.

El reglamento sobre la reutilización del agua establece no solo criterios de calidad del agua, sino también requisitos mínimos armonizados de seguimiento y disposiciones de gestión de riesgos. Esto incluye la evaluación y abordaje de posibles riesgos adicionales para la salud y el medio ambiente, así como obligaciones de concesión de permisos y disposiciones sobre transparencia.

Según estas disposiciones, la información clave sobre cualquier proyecto de reutilización del agua debe ser accesible al público.

Las perspectivas para el futuro en el ámbito de la reutilización de agua en la agricultura son prometedoras y abarcan varios aspectos clave. Se anticipa que la continua investigación y desarrollo impulsarán mejoras significativas en las tecnologías de tratamiento de agua. Estos avances permitirán el desarrollo de sistemas más eficientes para la reutilización del agua en la agricultura, contribuyendo así a una gestión más sostenible de los recursos hídricos.

La adopción de enfoques integrados en la gestión de recursos hídricos se considera esencial para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Esto implica combinar la reutilización del agua con prácticas de conservación y eficiencia hídrica.

Al integrar estas estrategias, se pueden maximizar los beneficios de la reutilización del agua mientras se minimizan los impactos negativos en el medio ambiente y se asegura un suministro hídrico sostenible para las generaciones futuras.

Intercambio

La colaboración nacional e internacional y el intercambio de mejores prácticas desempeñan un papel crucial en la implementación exitosa de proyectos de reutilización de agua en la agricultura. De esta forma, se pueden compartir conocimientos, experiencias y recursos, lo que facilita el desarrollo de soluciones adaptadas a las necesidades específicas de cada región.

Esta colaboración global también puede ayudar a abordar los retos comunes relacionados con la escasez hídrica a nivel mundial, promoviendo así un uso más sostenible y equitativo del agua.

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