La reserva total de agua en los embalses gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) se sitúa en torno al 40% de su capacidad total. Está cinco puntos por debajo de la media de los últimos años y también con datos inferiores a los registrados el pasado año. Y eso que 2018 permitió arrancar el año hidrológico con buen pie.
“No debemos olvidar que iniciamos la campaña de riego con los embalses llenos como consecuencia del año anterior, que fue muy bueno”, según recuerda Gonzalo Gutiérrez, director técnico de la Confederación.
Asegura que se han garantizado las dotaciones fijadas en las diferentes Juntas de Explotación, así como el abastecimiento. Considera que hay que agradecer el seguimiento de las pautas marcadas a comunidades de regantes, “especialmente la del Adaja, a la que más se le han reducido las dotaciones esta campaña”.
Los embalses con la mejor situación se encuentran en la provincia de León: Barrios de Luna, Porma, Riaño… Las cifras reflejan que “están incluso por encima de los datos de los últimos años”, según comenta Gutiérrez, quien se refiere además al embalse que se encuentra en el otro lado de la moneda: Las Cogotas. En este momento dispone de 10 hectómetros cúbicos sobre los 60 de capacidad total. Las lluvias han sido escasas en la zona y es “tres veces inferior a la media de la última década”.
La lluvia de los últimos días ha servido en ciertas zonas, aunque de poco. Le ha permitido al agricultor “ahorrar algún riego” pero no que se incremente considerablemente el agua disponible en los embalses.
Donde sí ha venido bien el agua caída ha sido en Carrión y Pisuerga. El dato más significativo, como destaca el director técnico de la CHD, se dio la semana pasada, cuando el embalse de Aguilar registró 50 litros por metro cuadrado en los siete días.
Hasta el próximo 30 de septiembre, fecha en la que finaliza la campaña, no se prevén grandes aumentos en los embalses de la cuenca del Duero. “Esperamos que con el nuevo año hidrológico se inicien otra vez las lluvias y el agua disponible”, apunta Gutiérrez.
“Esta campaña se ha demostrado la capacidad de adaptación de los agricultores”
Desde la CHD destacan el uso óptimo que han hecho del agua las comunidades de regantes. Aquellas que estaban llegando al final de su dotación se les informaba del consumo realizado con respecto al concedido en un principio, para no encontrarse con sorpresas o problemas. Resaltan el papel de los profesionales del sector agrario, “que han sabido adecuar sus siembras conforme a la dotación establecida”, como señala Gonzalo Gutiérrez, y sobre todo en aquellos lugares con mayor déficit.
“Los agricultores han sido capaces de adaptarse y de ser responsables a la hora de utilizar el agua en sus cultivos en un año tan difícil como este”, según explica. Han recibido una información completa del agua embalsada y también de la previsión meteorológica, con el fin de servir como un apoyo más en su trabajo diario. Estos datos, sumados a su previsión de consumo de agua en el campo, les ha permitido anticiparse y garantizar el riego en sus cultivos.
Esta necesidad de adaptarse a la situación, sumada a las continuas llamadas de atención sobre el cambio climático, deben servir como argumentos para concienciar ante un panorama que es posible que se repita. Por ello, y teniendo en cuenta que este año hidrológico arrancó con embalses llenos y hoy están por debajo de la media, esto invita a pensar en un consumo racional del agua en el sector agrario, y en todos.