Dos muertos y tres desaparecidos entre las provincias de Madrid y Toledo es la cara más amarga de la DANA, un fenómeno atmosférico que ha mantenido en jaque a la península durante el fin de semana.
El movimiento circular de la masa de aire frío descargaba en esas provincias y a continuación abrazaba a buena parte de Castilla y León, aunque dejando fuera a territorios como Burgos o Soria.
En Segovia capital han caído 50 litros por metro cuadrado entre el sábado y el domingo, en León ciudad 38 litros y más al oeste, en Salamanca, el temporal dejaba 23,3 litros.
En la ciudad de Valladolid el domingo cayeron en pocas horas más de 30 litros, lo que equivale a la media de un mes de septiembre. La suma del fin de semana arroja 48 litros por metro cuadrado, aunque el lunes por la mañana ha vuelto a llover.
A pocos kilómetros, en Arroyo de la Encomienda, los pluviómetros registraron cerca de 71 litros entre el sábado y el domingo, un fin de semana que dejaba 65 litros en localidades como Ataquines o 43 en El Carpio. En Ventosa de la Cuesta han caído 57 litros.
De toda la provincia, el valle del Esgueva es quizá donde menos ha llovido, con unos 35 litros. Puede ser un agua que beneficie a las próximas siembras, en un escenario muy alejado de las tragedias ocasionadas en el entorno de Madrid.
Almendras pendientes de recolectar
En una primera valoración de urgencia, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) constata que la DANA del fin de semana ha resultado “generalmente beneficiosa” para el campo valenciano, si bien ha provocado daños localizados en infraestructuras agrarias, especialmente en caminos rurales, lo que impide la entrada a las parcelas, así como en campos de almendras pendientes de recolección.
La principal zona afectada es el término de Borriol (Castellón), donde el 80% del cultivo de almendra corresponde a la variedad Marcona, que todavía no había sido recogido.
Las lluvias persistentes -189 litros en 2 horas- causaron una caída generalizada del fruto de los árboles, que además fue arrastrado por el agua.
A pesar de estos daños, en términos generales las lluvias han tenido efectos positivos en la Comunidad Valenciana, “puesto que contribuyen a aumentar el calibre de los frutos”, limpiar el arbolado, ahorrar en riegos y recargar embalses y acuíferos tras un año marcado por la sequía.
Sin embargo, estas lluvias han sido insuficientes en comarcas interiores como Utiel-Requena, que se encuentran gravemente afectadas por la falta de agua. En el caso del aceite, las lluvias llegan demasiado tarde y, aunque puedan mejorar el rendimiento del cultivo, no podrán evitar la carestía de la producción de olivar de esta campaña.
Por lo que se refiere al cultivo del arroz, si no persisten las lluvias en los próximos días no debería suponer un problema para la inminente siega. No obstante, los arroceros están sacando el agua de sus parcelas para evitar problemas fúngicos.
En ganadería, en términos generales, estas lluvias contribuyen a mejorar los pastos y en consecuencia reducirán el coste de la alimentación animal.
