La nueva campaña de ajo se presenta bien en lo agronómico, tanto en las zonas tempranas del sur de España, zona media del centro y tardía de la zona norte, tal como confirman desde la Mesa Nacional del Ajo. En la zona temprana la campaña viene adelantada en torno a dos semanas, y la posible incidencia sobre la calidad final del producto de las lluvias primaverales es aún una incógnita. “En líneas generales, al margen de problemas meteorológicos imprevistos, esperamos tener una campaña buena”, avanzan.
Momento crítico
El cultivo se encuentra ahora en la recta final. “Es un momento crítico, pues ya demanda sol y calor, y las lluvias constantes unidas a las temperaturas suaves que tenemos a estas alturas de campaña son un caldo de cultivo excelente para que se desarrollen patógenos como la roya amarilla. Por ello, ahora estamos muy encima, vigilando constantemente las parcelas para detectar posibles focos de enfermedades y realizar los últimos tratamientos; siempre y cuando la humedad del terreno nos permita entrar en las tierras”, advierte el productor del Bajo Duero.
En Zamora los ajos aún están verdes, con un retraso de maduración de unos quince días, que demorará la recolección otro tanto. Las lluvias también tienen mucho que decir a este respecto. No se han detectado focos de ninguna enfermedad, las plantas están sanas, vigorosas y dispuestas a entrar en su última fase de maduración en tierra.
El presidente de la Asociación para la Promoción del Ajo de Vallelado, Óscar Cuéllar, certifica que en este territorio que comprende tierras de Zamora, Valladolid y Segovia todo va bien. El cultivo está un poco retrasado por las lluvias, de manera que la cosecha se retrasará algunos días para arrancar a primeros de julio. Los problemas pueden comenzar a partir de ahora, cuando suban las temperaturas y las royas de los trigos se extiendan.
“Es casi la única zona en la que se cultiva ajo blanco autóctono. Los contrates de temperatura entre invierno y verano hacen que la producción sea menor que en otros lugares, pero la calidad es mayor. Y la semilla obtenida en Vallelado, al ser la última que se recoge, está dando muy buenos resultados en otras regiones”, explica Cuéllar.
Tercera en producción
Castilla y León es la tercera región productora de ajo en España. Según los datos oficiales del Magrama correspondientes al último quinquenio, en la comunidad se sembró una media anual cercana a las 1.500 hectáreas. De las 18.600 hectáreas de cultivo nacional. Castilla-La Mancha es la primera productora con 11.000 hectáreas y Andalucía ocupa el segundo lugar con 5.000 hectáreas. Según datos de la FAO, China es el gran productor mundial de ajo con más del 80%, seguido muy de lejos por India, Bangladesh, Corea y Rusia.
Resulta más difícil cuantificar el impacto de económico del cultivo, tal como apunta el secretario técnico de la Mesa Nacional del Ajo, Juan Martínez. “Hace algunos años, con motivo de una petición que formuló el sector a Bruselas, tuvimos que evaluar determinadas magnitudes sectoriales que pueden aportar alguna luz sobre su envergadura económica. Así determinamos, con la prudencia y reservas oportunas, que el ajo en labores de cultivo y tras la cosecha genera en torno a un millón y medio de jornales, que a precios de hoy suponen unos 87 millones. Hay que destacar que a pesar de la mecanización del cultivo registrada en las últimas décadas ha ahorrado en mano de obra, la posterior manipulación, acondicionado y preparación para la venta sigue requiriendo mucho trabajo de manufacturado”, explica el experto.
El comercio del ajo en los mercados exteriores en los últimos años ha adquirido una importancia económica y volumen relevante. Según los datos que maneja la Mesa Nacional del Ajo, el 60% va a la exportación (90.000 toneladas), y el resto (unas 70.000 toneladas) a consumo interno. El consumo per cápita anual de los españoles ronda entre 1,8 y 2 kilos.
Los principales importadores son países de la UE, entre los que destacan Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Portugal, Polonia. Según datos de Comext en valor al conjunto de la UE, las exportaciones durante 2015 representaron una cifra cercana a los 150 millones, a un precio medio de 1,70 euros el kilo.
“Hay que destacar también que en 2015 las exportaciones a terceros países se han incrementado en volumen y precio con respecto a 2014. A los destinos habituales como Marruecos, Argelia, Túnez y Haití, se le ha sumado con fuerza Brasil, que en la actualidad es nuestro principal cliente. Además de Sudáfrica, Estados Unidos, Canadá y Japón. Los mercados con precios más bajos de venta se sitúan en el norte de África, y los más caros en Japón, Australia, Estados Unidos y Canadá”, detalla Martínez.
Explotaciones pequeñas
La excesiva atomización productiva, ausencia de estructuras comerciales integradas y bajo poder de negociación, podrían ser tres de los elementos que caracterizan las debilidades del sector ajero español según el secretario técnico de la Mesa Nacional del Ajo.
El cultivo, aunque muy concentrado en zonas geográficas, está en manos en un alto porcentaje de explotaciones de dimensión media o baja, con baja especialización o que complementan esta alternativa cultural con otras. “Salvo determinados territorios, como es el caso de Castilla-La Mancha, donde el asociacionismo ha cuajado y existen empresas cooperativas que dan respuesta comercial y de servicios a este tipo de explotaciones, en el resto son empresas de carácter familiar que afrontan de manera deficiente el reto comercial”, indica.
Tampoco existen empresas “de adecuada dimensión. Esta limitación impide afrontar la comercialización en destino, a través de la venta en tiendas, supermercados y gran distribución, con adecuada fuerza y poder”.
“Una posible solución pasaría por mejorar la organización de los productores en origen; la integración de las estructuras comerciales en origen y destino, y caminar en la vertebración sectorial a través de una organización interprofesional, circunstancia que permitiría una mayor organización y planificación de las campañas”, propone Martínez.
Repunte de precios
El secretario técnico de la Mesa Nacional del Ajo califica el ejercicio de 2014 como “nefasto”, ya que los precios en origen se mantuvieron en valores intermensuales que oscilaron entre 0,60 y 0,95 euros por kilo según refleja el Índice de Precios Origen Destino (IPOD). En ese mismo año, los precios en destino -lo que paga el consumidor en las tiendas, supermercados y grandes superficies- los valores intermensuales fluctuaron entre 5,24 y 5,36 euros el kilo, “lo que denota un grave desequilibrio y abuso en la cadena de valor del producto entre lo que perciben los productores y paga el consumo”.
En 2015 esta situación ha mejorado relativamente ya que a partir del segundo semestre los precios en origen registran una ligera subida y saltan la barrera de un euro por kilo. En el primer semestre los valores intermensuales estuvieron entre 0,80 y 0,97 euros el kilo. El segundo, ente 0,97 y 1,10 euros. En este período los precios en destino se mantuvieron firmes por encima de los cinco euros, apunta Martínez. “En lo que llevamos de 2016 la tendencia alcista de precios en origen se ha mantenido y las previsiones ante la nueva campaña es que esta tónica se mantenga”, avanza Juan Martínez.
Más exportación
Por su parte, Bartolomé cree que considerando que la superficie sembrada en España ha aumentado un 5%, la ausencia de stock en los almacenes, el interés de Brasil por el ajo español y la caída en picado de la producción en China (principal competidor de los ajeros españoles) puede que la de esta campaña sea una cosecha histórica en precio. “En años anteriores el ajo chino se introducía en los mercados españoles a entre 40 y 50 céntimos el kilo, mientras que ahora se habla de que entrará entre 2 y 2,5 euros, perdiendo así su principal ventaja competitiva frente al nuestro”, argumenta.
Mirando a otros mercados
La baja calidad del ajo cultivado en Sudámerica ha hecho que Brasil, uno de los compradores habituales de ajo en el campo español, haya mostrado este año más interés que nunca por el producto nacional y ya hay compradores brasileños cerrando acuerdos comerciales en el campo andaluz.
El sector ajero español exportó la campaña anterior más toneladas que nunca. Satisface la demanda de mercados internacionales tan dispares como Brasil, Estados Unidos, Italia y Marruecos gracias a su gama varietal y a la gran calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria de su producto, sin comparación posible en el contexto internacional. “Sin duda, estas son las principales armas para competir globalmente si las sabemos transmitir a los mercados”, asegura Bartolomé.También Óscar Cuéllar tiene la percepción de que puede ser un buen año para el productor en lo que a precios se refiere.
“El año pasado empezó flojo, pero estamos acabando muy bien; acabando la mercancía. Parece que la campaña empezará bien porque los ajos chinos estarán más caros por los problemas que han tenido con el frío, y por las exportaciones a nuevos mercados como Estados Unidos, Brasil y Canadá”, coincide.