El centeno vuelve a demostrar que es un cultivo que acusa menos que otros una climatología rácana en humedad, sobre todo en este año nefasto. Una vez más ha dado la cara. Luis Herguedas ha cosechado 3.800 kilos por hectárea en su explotación segoviana del entorno de Cuéllar. No hay que echar las campanas al vuelo -un año normal hubiera rondado los 7.000 kilos-, pero es para estar más que satisfecho. Incluso puede decirse que es un éxito.
Herguedas, como el buen profesional que es, mima este cereal: es generoso con la cantidad de semilla que tira a la parcela (entre 75 y 80 kilos por hectárea) y prácticamente duplica el abonado habitual en la zona (400 kilos en dos dosis).
La anterior campaña sembró más, pero esta última fue el precio el que enfrió los ánimos y optó por menos superficie. Hace la sementera de centeno en los terrenos peores de sus 220 hectáreas, aunque esas parcelas vienen de una situación ventajosa por haber tenido el año anterior remolacha o estar de barbecho.
El agricultor de Cuéllar, que también siembra trigo, patata y cebada, además de 20 hectáreas de centeno de KWS, se muestra convencido de que la inversión en semilla y fertilizante le sale rentable. Sumar y restar. “Los número cantan”, afirma satisfecho. “El abonado es importante. Con más semilla y más nitrógeno compensa. Este año me he quedado asombrado del resultado”, asegura.
También en los terrenos del entorno de Horcajo de las Torres (Ávila) el centeno se ha comportado. Miguel Corrales y sus hermanos le han sacado más color de largo incluso que a la cebada. Han ensilado 2.000 kilos de media frente a los 700 que le ha dejado este segundo cereal. Lo habitual es que el centeno ande cerca de 3.000 kilos.
Los Corrales sembraron 40 hectáreas en las tierras más flojas. “Viene bien el centeno porque otro cultivo se da peor ahí. Por ejemplo, poner cebada es jugártela a la lotería”, justifica el agricultor abulense. “Dentro de todo lo malo, ha sido lo mejor”, se consuela. La colza solo ha dado en la zona 400 kilos en los regadíos. Por todo esto, la apuesta del centeno se mantiene. Miguel Corrales ya ha volteado a vertedera las 40 hectáreas que sembrará con la R1 de KWS.
Julio Merino, que gestiona 240 hectáreas de terreno en Sotobañado y Priorato (Palencia) acaba de cosechar su centeno. Lo habitual es que siembre hasta 70 hectáreas a finales de septiembre con una variedad de ciclo largo. Lo que acaba de segar fue así muy castigado por las heladas tardías. Para rematar el daño de la sequía.
Su rutina es alternar este cereal con avena forrajera. Cuando siega la avena en mayo, como además suele llover en esas fechas, deja la tierra lista para el centeno. Suele recolectar medias de 4.500 kilos. Los remolques no fueron muy cargados en 2015/16 porque llovió demasiado en el peor momento, y el centeno no es de mucha humedad. Dio 3.000 kilos en las tierras de Merino. Este año ha recogido 2.400 kilos de media y a parcelas que segó para forraje a primeros de mayo ha podido sacarle todavía 1.000 kilos por hectárea.