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lunes, mayo 6, 2024
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El tiempo y las exigencias de la PAC limitan las opciones de siembra en España

Las últimas lluvias ralentizan la sementera, que está muy avanzada en regiones como Andalucía, se va completando en Castilla-La Mancha y tiene alguna asignatura pendiente en Castilla y León

No es el mercado, ni la voluntad de los agricultores, sino la sequía y los ecorregímenes -con sus rotaciones, sus obligaciones y sus retiradas-, los que marcan qué es lo que se está sembrando este año en el campo.

Sin olvidar otros factores que también están condicionando las siembras, como son el elevado coste de los fertilizantes, la escasez de semillas y las dificultades de financiación de los agricultores.

La campaña de siembra de herbáceos de invierno viene marcada por la sequía, los elevados costes de los fertilizantes, la escasez de semillas y las dificultades económicas de los agricultores para afrontar todos estos costes, agravada por el retraso del anticipo de la PAC, pendiente aún de abonar, en muchos casos por el complejo proceso establecido para justificar la figura de agricultor activo, según Asaja.

A pesar de todas estas circunstancias, tal como ha constatado la responsable de Cultivos Herbáceos de la organización en Sevilla, Macu García, la siembra ha estado favorecida por las lluvias de octubre y avanza a buen ritmo.

Ya se ha sembrado el 90% de la superficie de trigo duro -mayoritario en la provincia-, el 50% de la de trigo blando y avanza a buen ritmo la siembra de triticale y cebada, cereales que tradicionalmente ocupan menor superficie y cuyas siembras están ya prácticamente finalizadas.

Barbecho a la fuerza

La obligación de dejar al menos un 4% de la superficie en barbecho para todos aquellos agricultores con explotaciones agrícolas de más de 10 hectáreas, impuesta en la nueva PAC, va a suponer una importante reducción de la superficie de siembra en la campaña 2023/2024.

Si bien aún no se cuenta con datos de la superficie total que está previsto sembrar de cereales de invierno en Sevilla, si tenemos en cuenta que en la pasada campaña se sembraron algo más de 103.000 hectáreas de girasol, es previsible que en la campaña 2023/2024, para cumplir con el ecorrégimen de rotación, la provincia siembre una superficie de cereal similar a esa.

Ecorrégimen de rotación

Entre otras condiciones, para percibir la ayuda del ecorrégimen de rotación, al menos el 25% de la superficie debe sembrarse de un cultivo distinto al que se sembró la campaña anterior, y el cereal, especialmente el trigo duro y el trigo blando son, en la provincia de Sevilla, los cultivos más frecuentes en la rotación del girasol.

Asimismo, el ecorrégimen de rotación obliga a sembrar leguminosas en al menos el 5% de la superficie, lo que asegura una superficie mínima de estas fijadoras de nitrógeno.

En Sevilla, habas y guisantes acaparan casi la totalidad de estas siembras, que coparon más de 76.000 hectáreas la pasada campaña, en la que se sembraron 70.680 hectáreas de habas y 5.900 de guisantes.

En la presente campaña ya está prácticamente finalizada la siembra de habas, mientras que de guisantes solo se ha sembrado un 10% de la superficie prevista.

Las últimas lluvias han frenado el ritmo de siembra, por lo que las superficies aún pendientes deberán esperar a que los suelos alcancen las condiciones óptimas.

Sequía persistente

En la mayoría de las tierras las siembras han sido superficiales, buscando la humedad de las capas más altas del suelo, puesto que la sequía aún persiste y ni las lluvias de octubre ni estos chubascos poco abundantes de los primeros días de diciembre garantizan el agua en las capas más profundas.

La escasez de agua y las previsiones inciertas impulsan al agricultor a decantarse por cultivos con menos necesidades hídricas, lo que, en función de cómo evolucione el año hidrológico, tendrá una gran influencia en las siembras de primavera.

En estos momentos la cuenca del Guadalquivir está por debajo del 19% de su capacidad y el agua para riegos de la futura campaña no está ni mucho menos asegurada.

Costes desorbitados

El desmesurado incremento de los costes es uno de los hechos más reseñables de la presente campaña de siembras. La sequía de la pasada campaña, que redujo notablemente la cosecha de cereales, especialmente de los de más calidad, ha tenido su reflejo en el incremento del precio de las semillas.

La tonelada de simiente de trigo duro se ha situado en 635 euros, mientras que la de trigo blando oscilaba entre los 535 y los 610 euros, y la de cebadas alcanzaba los 500 euros.

No ha sido este el único incremento de costes desmesurado al que han tenido que hacer frente los agricultores. Gasóleo y fertilizantes han vuelto a incrementarse.

La invasión de Ucrania y las medidas económicas y comerciales contra Rusia han reducido la oferta de gas natural, materia prima básica de la fabricación de fertilizantes y ha repercutido en el coste del abonado de fondo.

Este input básico de las explotaciones lleva dos años con los precios disparados. Así, tal como constatan los Servicios Técnicos de Asaja-Sevilla, en mayo de 2021 los abonos nitrogenados costaron 263 €/tn, en marzo de 2021 el complejo triple 15 (nitrógeno, fosforo y potasio) estaba en 351 €/tn, mientras que dos años después estos precios se han disparado hasta los 466 €/tn para los nitrogenados y los 712 €/tn para el complejo triple, lo que supone un incremento del 77% y del 103%, respectivamente.

Estos costes desaniman a los agricultores, que no ven compensada su inversión en los precios de venta de sus cereales, por lo que algunos buscan alternativas al abonado tradicional y otros simplemente desisten de esta práctica agronómica ante la imposibilidad de costearla.

…y los precios siguen a la baja

Como se ha apuntado, los precios mantienen una incomprensible tendencia bajista desde hace meses. En la Lonja de Sevilla el trigo blando tipo 3 está a 280 €/tn, el trigo pienso a 228 €/tn, y el resto de categorías ni siquiera cotiza. La situación de los trigos duros es similar. Los del grupo 1 cotizan a 375 €/tn, mientras que los del grupo 3 lo hacen a 360 €/tn. Precios incomprensiblemente bajos.

Tras un año desastroso en el que apenas se cosechó en Castilla-La Mancha, los agricultores se enfrentan a esta campaña con una subida generalizada en los costes de producción y precios a la baja en las lonjas.

Una noticia buena y una mala

José Ramón Díaz de los Bernardos, agricultor de Ciudad Real, apunta que se puede dar una buena noticia para el conjunto de Castilla-La Mancha: que la lluvia a últimos del mes de octubre y principios de noviembre acompañó en casi toda la región.

Los agricultores están sembrando, pero sin entusiasmo. Muestran su incertidumbre por la subida generalizada de los costes, precios a la baja en las lonjas y tras unas cosechas, las pasadas, desastrosas por la sequía.

Tras una pasada cosecha “desastrosa”, los cerealistas de la región se han quedado sin liquidez para costear la siembra, que este año está marcada por unos altísimos costes de producción. “Una vez que los precios de los inputs suben, ya no vuelven a bajar”, lamenta.

Hay margen en Castilla y León

En Castilla y León, las aguas que han caído y caerán estos días no son un contratiempo importante para quienes han hecho ya la siembra. Ni siquiera en el caso de cultivos más tardíos o con más margen, como la cebada.

En la comarca de la Moraña, en Ávila, y en el sur de Salamanca la mejor receta para los agricultores que todavía no han sembrado es la de esperar. “Lo mejor sería esperar a finales de diciembre, porque además los costes están muy altos”, apunta el agricultor Rubén Bueno.

Si continuasen las precipitaciones en las próximas semanas, Bueno cree que la opción correcta sería optar por el barbecho, ya que “a partir enero se pone la tierra demasiado dura y se complica la nascencia; no tendría mucho sentido sembrar y estropear la tierra”.

En la Bureba, en el norte de Burgos, la lluvia no ha influido en exceso, ya que la siembra del trigo está prácticamente finalizada, y para la cebada tienen hasta un mes de margen todavía. “Estas lluvias no nos van a afectar demasiado porque estamos cumpliendo el calendario de siembras”, indica Luis Alonso, técnico de la cooperativa Bureba-Ebro.

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