La campaña de siembra de cereal se enfrenta a una situación “complicada” por las lluvias caídas en la comarca de Xinzo de Limia, donde se ha sembrado un 10% del cereal de invierno previsto, y del que se salvará un 1 o 2 por ciento, según el alcalde de esta localidad, Amador Díaz, que adelanta que la gran dificultad va a ser cumplir la BCAM relativa a la rotación de cultivos.
Los agricultores gallegos están reclamando a la consejería una reunión “para poder flexibilizar y poder hacer unas siembras con cereales de primavera que sean rentables para el agricultor, aunque las pérdidas ya van a ser grandes”, avanza Díaz.
Al mismo tiempo, los agricultores están pidiendo una revisión de las pólizas de Agroseguro, que “está con producciones de 1.500 kilos cuando aquí no se corresponde con la realidad”.
Este año solo se ha plantado en torno a un 15% y lo que está plantado está “prácticamente perdido”, asegura Servando Álvarez, director técnico de Inorde. Pese a que hay parcelas que aún mantienen el cereal, en el momento en el que vengan las temperaturas de primavera, al no tener raíz, “se van a morir”.
El agricultor de la Limia va a tener que cubrir miles de hectáreas de cultivo de cereal con cereal de primavera por las precipitaciones ocasionadas desde el mes de noviembre. “Las tierras no son capaces de evacuar esa cantidad de agua y se están comportando como una laguna”, alerta Álvarez.
“Aunque parara de llover hoy, nos harían falta 15, 20 o 30 días para poder entrar a sembrar. Nos meteríamos a principios o mediados de mayo para plantar el cereal y, si se repiten las situaciones climatológicas del año pasado, con temperaturas muy altas y prácticamente ninguna precipitación en verano, la cosecha va a estar a pérdidas”.
De los 40 millones de kilos potenciales de cereal que produce la Limia, entre trigo, centeno, y otros se quedarán, si se cumplen las previsiones, muy por debajo del 10% de esa cantidad. El cereal en la Limia no es el cultivo prioritario, pero sí sirve a la mayoría de los agricultores a la hora de cubrir los gastos de explotación y contribuir a que la explotación sea rentable un año tras otro.
Al mismo tiempo, esta situación va a influir al resto de cultivos. “Si se da la tormenta perfecta, donde prácticamente no vamos a cultivar cereal, y se complica el cultivo de la patata, puede ser en la comarca de la Limia, en la provincia de Ourense y en Galicia un desastre a nivel económico”, concluye Servando Álvarez.
