Castilla y León ha sembrado este año 784.644 hectáreas de trigo blando, lo que supone un descenso del 12,3% respecto al año pasado. Se confirma así que las exigencias de la PAC, sobre todo en cuanto a rotación e introducción de cultivos mejorantes, hace mella en la principal producción de la comunidad. De esa cifra, 88.226 hectáreas son de regadío.
El descenso también se da en la cebada, si bien de forma menos acusada, con 715.024 hectáreas. Una bajada del 4,3% respecto a 2022.
También se registra un descenso importante en la colza, cuya superficie sembrada desciende el 12%. Son 47.320 hectáreas de esta oleaginosa, de las que una cuarta parte se cultivan en regadío.
Una de las incógnitas radicaba en el girasol, muy potenciado el año pasado por la Unión Europea para compensar los efectos de la agresión contra Ucrania, que este año se veía en regresión pero que acabó siendo un buen refugio para muchas parcelas sin destino claro o en las que se había echado a perder la primera siembra.
Al final, Castilla y León dispone de 365.895 hectáreas de pipa, de las que 41.103 son de regadío. De forma global, se registra un descenso leve, de en torno al 5,5%.
El maíz sube, pese a todo
Una de las sorpresas del año está en el maíz, que pese a ver reducida su superficie en la provincia de León, sube un 7% en la comunidad autónoma. Las cifras que maneja la Junta hablan de 116.050 hectáreas.
Una tercera parte de la alfalfa de Castilla y León se cultiva en regadío: 27.329 hectáreas frente a las 53.668 de secano. Unas 90 hectáreas más que el año pasado.
Y la gran beneficiada por el nuevo escenario, con subidas muy importantes en los precios internacionales, es la remolacha azucarera. Son 24.839 hectáreas, cifra resultante de sumar las 22.078 hectáreas de remolacha de regadío con una opción menos minoritaria de lo que parece: la remolacha de secano, de la que se han sembrado 2.761 hectáreas.
Burgos, la principal cerealista
La provincia de Burgos es la provincia con más superficie de cereal de Castilla y León, con 184.687 hectáreas de trigo blando y 139.480 hectáreas de cebada.
Estas cifras hacen de Burgos el territorio con más trigo, mientras que en cebada gana Valladolid, con 161.797 hectáreas. De ellas, se riegan 24.840 hectáreas.
La tercera provincia más cerealista es la de Palencia, donde se han sembrado 121.481 hectáreas de trigo blando y 108.854 de cebada.
León, campeona en remolacha
Si otros años era Valladolid la provincia con mayor superficie de remolacha azucarera, gracias entre otras cosas a la influencia de Acor en su territorio, este año son varios los factores que entregan el protagonismo a León; desde la escasez de agua disponible en el sistema Pisuerga-Bajo Duero hasta la ampliación del regadío de Payuelos, en León.
La provincia leonesa cuenta este año con 7.119 hectáreas de remolacha azucarera, mientras que Valladolid ha sembrado 6.488. En tercer lugar se sitúa Salamanca, con 2.660 hectáreas, mientras que Zamora dispone de 2.063.
Mención aparte merece el girasol, capítulo en el que vuelve a destacar Burgos. Esta provincia es la que más hectáreas ha sembrado de pipa, con 84.892 hectáreas, y también la que más superficie ha puesto de girasol de secano: 82.641 hectáreas.
Sin embargo, la mayor cantidad de girasol de regadío se da en León, con 9.329 hectáreas.
En Castilla y León hay ocho veces más superficie de girasol de secano que de regadío.
¿Y la colza? Aquí quien gana es la provincia de Zamora, con 9.884 hectáreas de esta oleaginosa. También gana en colza de secano, con cerca de 8.000 hectáreas.
Al mismo tiempo, Valladolid es la provincia de Castilla y León con más hectáreas de colza en regadío: 3.637 hectáreas.