La cosecha ha alcanzado los 298 millones de toneladas, en comparación a los 320,5 millones de toneladas del año pasado; lo que en parte es consecuencia de la nueva Política Agrícola Común (PAC) y de las malas condiciones meteorológicas en muchos países. A pesar de ello, sigue tratándose de una buena cosecha, puesto que el año pasado se alcanzaron niveles récord.
Los precios de los cereales han tocado fondo y ya ni siquiera cubren los costes de producción, lo que deja a los agricultores “con graves problemas de liquidez”, por lo que indican que “se deben acelerar las exportaciones y hallar nuevos mercados”.
“Nos satisface ver que la Comisión Europea se plantea impulsar los programas de promoción europeos. Las cooperativas agrarias también están ayudando a los agricultores a gestionar mejor su tesorería desde la pasada campaña y estimamos oportuno que la Comisión Europea haya propuesto un adelanto de los pagos directos sin recurrir a los controles sobre el terreno. Esta iniciativa ayudará a mejorar la liquidez de los agricultores”, tal y como indican desde Copa y Cogeca.
Asimismo, las nuevas normas sobre los mercados financieros (Mifid II) “deberían tener en cuenta al sector agrícola, y prever instrumentos para proteger a los agricultores ante los riesgos de mercado”, ha dicho. A continuación, ha añadido que la cosecha de colza de este año en la UE-28 “también registra un descenso de hasta un 11,2% con respecto al año pasado, principalmente consecuencia de la prohibición del tratamiento de semillas con neonicotinoides y de las condiciones climáticas, por lo que es fundamental que se tomen cartas en el asunto. La Comisión Europea debe llevar a cabo un análisis de impacto socioeconómico”.