Esta problemática se debe a la meteorología, con un otoño en el que se juntaron las lluvias con unas temperaturas elevadas y con un invierno con temperaturas suaves que han propiciado que no haya habido heladas que cortaran las enfermedades de manera natural.
Por eso la organización reclama a la Administración regional que tome ejemplo de otras comunidades autónomas, como Extremadura, donde se ha decidido permitir la quema controlada de rastrojos.
El problema de las plagas y enfermedades cada vez es mayor en nuestra región, y ejemplo de ello es la roya, septoria o el oidio y plagas como la del pulgón o el gusano del alambre en miles de hectáreas de cereal de Castilla y León “y cuyas consecuencias son peores campaña tras campaña”, advierte.
De hecho, la Alianza UPA-COAG denuncia que los agricultores de Castilla y León que se dedican al cultivo del cereal “están triplicando la utilización de tratamientos fitosanitarios en los últimos años”, lo que conlleva un incremento de coste muy importante en unas campañas críticas donde el precio de cereal además está siendo muy bajo.
Finalmente la organización agraria pide al Instituto Tecnológico Agrario, como organismo responsable del seguimiento de plagas, que convoque con urgencia una reunión para concretar con el sector la magnitud del daño y las posibles medidas a adoptar. Al respecto, los servicios territoriales provinciales de la Junta “deberían estar orientando a los productores sobre cuáles son los tratamientos más eficaces y menos costosos que deben utilizar”.