Carlos Navas defiende su pertenencia a La Carpeña por el respaldo técnico que recibe, pero sobre todo por la tranquilidad de entregar en ella la producción sin preocuparse de los vaivenes del mercado. La cooperativa mueve 25 millones de kilos
La cooperativa “representa el futuro para el agricultor patatero, que está más protegido dentro de ella que por libre”. Así lo señala Carlos Navas, que lleva catorce años plantando patata y que conoce muy bien los altibajos de este cultivo. Forma parte de la cooperativa La Carpeña precisamente para estar a resguardo durante los ‘temporales’ en que los precios bajos llevan a pérdidas de muchos miles de euros.
La semilla para las 22 hectáreas que pone con La Carpeña la adquiere en la propia cooperativa, a la que después entregará la producción. Escoge las variedades en función del tipo de suelo y de la demanda del mercado, aunque considera “lógico” que la propia cooperativa tome cartas en el asunto a la hora de plantar. “Enrique (el gerente) tiene muy clara la necesidad de escalonar las siembras; por eso hay que dejar a la cooperativa que nos recomiende unas variedades u otras”.
Y es que para él todo son ventajas, ya que “el dinero que se quedaría un intermediario es mejor que se quede en la cooperativa, puesto que en el fondo es tuya”. Además, “te beneficias de sus servicios técnicos para ponerte al día de novedades, como la Global Gap, y sobre todo a la hora de la comercialización porque tienes la tranquilidad de que las entregas en la cooperativa y ella se encarga de venderlas”.
El propio gerente pone a Carlos de ejemplo de cómo debe ser un socio, que “debe asegurarse la rentabilidad del cultivo sin especular”. Exige a los socios que se involucren al máximo y, de hecho, ha dado la vuelta a la costumbre de esforzarse el mínimo para las patatas que entregaban en la cooperativa. “Yo les pido todo lo contrario porque lo que es bueno para La Carpeña es bueno para ellos”, recalca.
Desde la campaña pasada se premia a la patata de más calidad. Es el gerente el que establece el valor de cada una, antes incluso del arranque. “Primamos al que más se esfuerza y esa es la manera de fidelizar al socio”. En la campaña pasada La Carpeña vendió 25 millones de kilos de patata y este año será más. “El cooperativista pondrá más patata si le damos resultados. Estamos en una buena zona para el cultivo, con un agricultor que cada vez lo conoce mejor y con una edad media no muy elevada. Por eso aspiramos a ir a más”.
La cooperativa tiene una década y media de andadura y está situada en el municipio vallisoletano de El Carpio, “en una zona donde la patata es muy buena desde el punto de vista culinario, y que tiene buen aspecto si arrancas en el momento justo”. También es una zona estratégica por la cercanía a la industria y a algunos de los grandes operadores. Planta entre diez y doce variedades, de modo que abarca temprana, semitemprana e industria.
La agria es la más plantada este año, seguida por la hermes y la monalisa. También variedades para lavar, como la colomba y la orchestra. Son variedades que se comercializan bien, “que es nuestra prioridad porque el mercado manda”, recalca Sanz.
Datos de contacto
Cooperativa La Carpeña
Ctra. Alaejos-Fuente el Sol, s/n
El Carpio (Valladolid)
983 863 072