El Departamento de I+D+i de Fertinagro Biotech, la empresa de fertilizantes del Grupo Térvalis, ha conseguido la patente de un nuevo proceso de tratamiento de subproductos (desechos a los que se les da una nueva utilidad) orgánicos animales -estiércoles y purines- para fabricar un fertilizante tipo gel más respetuoso con el medio ambiente y más rentable que los conocidos hasta el momento.
El proceso utiliza una técnica novedosa en cuanto al tratamiento de este tipo de subproductos. Por un lado, aumenta el valor fertilizante de las unidades nutricionales presentes en el subproducto orgánico por lo que minimiza la pérdida de nitrógeno hacia el ambiente y la disponibilidad de fósforo, utilizando un complejo enzimático que permite una mayor eficiencia en el uso de estos nutrientes. Y por otro, este proceso también reduce el impacto negativo del purín sobre la fertilidad del suelo, al ser eliminados los componentes zoosanitarios (utilizados en los animales para tratar enfermedades) y que están presentes en estos subproductos.
Tanto el tipo de producto que se obtiene como el modo de aplicación –vía riego-, aumentan de forma considerable la eficiencia de las características fertilizantes del purín y conlleva un importante ahorro para el agricultor, así como menor contaminación ambiental. Ya que este sistema permite añadir los nutrientes en los momentos que la planta lo necesita y no sólo cuando no hay cultivos o estos son jóvenes, como ocurre en el uso actual del purín.
La transición hacia la nueva bioeconomía (bioeconomía 2.0) debe minimizar la utilización de recursos no renovables y la reutilización de recursos de forma más eficiente. Así, utilizar como materia prima fertilizante un subproducto abundante en la zona de influencia de las fábricas de Fertinagro Biotech contribuye a conseguir el objetivo de aumentar la productividad minimizando el uso de recursos no renovables. La cantidad de estiércoles y purines procedente de animales estabulados en granjas o explotaciones ganaderas, se ha incrementado en los últimos años, lo que genera mayor necesidad de reutilizar estos residuos en la agricultura sostenible como alternativa a la fertilización orgánica tradicional con estiércol seco clásico.
Sin embargo, explican, los purines de cerdo tienen características químicas altamente variables por lo que su uso como fertilizante directo sin una gestión sostenible, conlleva ciertos problemas como las contaminaciones de acuíferos por el fósforo y el nitrógeno, que provocan la eutrofización de estos acuíferos (aportación masiva de nutrientes inorgánicos).
De este modo, dicen, la patente de Fertinagro Biotech soluciona las desventajas del uso del purín como fertilizante directo proporcionando un nuevo nutriente vegetal más eficiente y flexible en cuanto a posibilidades de uso.
Este nuevo proceso de valorización del purín permitirá mejorar la sostenibilidad del sector porcino en Aragón y en otras regiones afectadas de España y Europa, y supone un ejemplo de cómo la biotecnología se pone al servicio de la sociedad y representa oportunidades de futuro para la provincia de Teruel.
El proceso desarrollado por Fertinagro Biotech se basa en el conocimiento generado por la compañía en sus más de 30 años de trabajo con materias orgánicas y la tecnología desarrollada en sus diferentes proyectos de investigación para, entre otras cosas, evitar pérdidas del nitrógeno, y la utilización de enzimas para el aprovechamiento del fósforo orgánico. Pero no ha sido hasta los primeros resultados del proyecto de I+D+i de Fertinagro: “Estudio de la viabilidad del uso del carbón como sustrato de la biota del suelo”, donde se ha conseguido aumentar las sinergias entre todos los componentes de ese nuevo producto.
En los primeros 9 meses del proyecto CDTI se ha estudiado la asimilación de la materia orgánica por los microorganismos del suelo y, con la colaboración del CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), se ha desarrollado un modelo teórico en base a los datos experimentales de diferentes materias orgánicas, lo que ha permitido poder establecer los requerimientos necesarios para que la materia orgánica pueda ser utilizada como fertilizante de forma efectiva, ampliando así el espectro de materias a considerar.
En las pruebas se ha tratado el carbón autóctono transformándolo en sustancias húmicas (constituyentes principales del humus) y, por tanto, en materia orgánica soluble, favoreciendo de esta manera la estructura del suelo para que los cultivos puedan aprovechar mejor los nutrientes del mismo. Es en estas pruebas donde se comprobaron otras funcionalidades de los productos obtenidos del carbón, la inmovilización de determinados productos xenobióticos presentes en los purines que perjudican la microbiología del suelo y por tanto su fertilidad.
Por lo tanto, el nuevo proceso desarrollado aplica las nuevas técnicas biotecnológicas para conseguir que los purines sustituyan una mayor cantidad de fertilizantes minerales, minimizando el impacto ambiental de la agricultura y la ganadería. En el mismo proyecto también se están desarrollado nuevas formulaciones para potenciar de forma directa los fertilizantes minerales. Un avance que sustentaría la ampliación de la planta industrial de Utrillas, algo que está en fase de diseño.