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domingo, diciembre 1, 2024
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Salamanca acoge una red nacional de investigación sobre el trigo

La Conexión.CSIC ‘WheatNet’, pilotada desde el IRNASA-CSIC, impulsará la investigación científica en este cultivo estratégico para la alimentación humana, que se enfrenta al reto del cambio climático y del crecimiento exponencial de la población mundial

Los investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA-CSIC) Rosa Morcuende y del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS) Francisco Barro coordinan la nueva Conexión.CSIC Trigo ‘WheatNet’, que ha sido presentada en un acto celebrado en Córdoba y que ha contado con la participación de la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Eloísa del Pino; la Vicepresidenta Adjunta de Áreas Científico-Técnicas, Elena Cartea, y el Vicepresidente de Investigación Científica y Técnica Chema Martell.

El objetivo de esta nueva Conexión es impulsar la investigación científica y técnica en un cultivo estratégico para la alimentación humana como es el trigo, para abordar los desafíos a los que se enfrenta en el siglo XXI, en un contexto de cambio climático y de crecimiento exponencial de la población mundial.

Según ha explicado durante el acto de presentación Francisco Barro, el trigo “no es un cultivo cualquiera”. “Esto queda claro con las crisis alimentarias que se han producido a lo largo de la historia por caídas en las producciones de trigo debidas a factores como una excesiva dependencia exterior o unas malas cosechas”, subraya, al tiempo que destaca “lo que el trigo representa en la lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo por sus propiedades nutricionales”.

En este sentido, en la cuenca mediterránea el trigo representa un 20 por ciento de las calorías consumidas por los humanos y se estima que la demanda mundial de este cultivo aumentará un 60 por ciento en 2050.

La demanda de trigo crecerá el 60%

Factores como “el incremento demográfico, la sobreexplotación de recursos o los conflictos armados, tienen una gran incidencia en la producción el trigo y condicionan su disponibilidad y abastecimiento”. Asimismo, la comunidad científica se enfrenta a retos complejos como tratar de “incrementar la producción y la calidad o cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, minimizando el impacto ambiental de este cultivo”.

“Para abordar estos desafíos se necesitan equipos multidisciplinares coordinados y también financiación”, ha subrayado Barros, quien ha incidido en que las Conexiones.CSIC constituyen un elemento fundamental en estos aspectos.

Las Conexiones son redes estratégicas colaborativas que aúnan las capacidades de grupos de investigación de varios Institutos del CSIC e incluyen la colaboración con otros entes públicos, privados y del tercer sector, estando abiertas a la participación de nuevos socios.

En el caso de la nueva Conexión.CSIC Trigo, está conformada en estos momentos por 60 investigadores procedentes de diez comunidades autónomas, pertenecientes a 14 institutos del CSIC y del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria), ocho universidades y cuatro centros de investigación.

Entre sus objetivos, ha precisado el investigador del IAS, se encuentran crear una base de conocimientos para mejorar el rendimiento del trigo en las condiciones ambientales presentes y futuras; proponer enfoques adecuados para mejorar la calidad y el valor agregado de los productos alimenticios demandados por el consumidor final, o impulsar una red experimental de ensayos de campo en toda la geografía española.

Por otro lado, la nueva Red busca captar talento joven para impulsar las vocaciones científicas tempranas; promover iniciativas de investigación interdisciplinarias que requieran la colaboración entre grupos de investigación de diferentes campos, lo que es clave para abordar cuestiones complejas de investigación del trigo, y crear conciencia sobre la importancia de la inversión continua en la ciencia para mejorar la seguridad alimentaria.

Seis líneas de actuación

Por su parte, la investigadora del IRNASA-CSIC Rosa Morcuende ha detallado que la Conexión.CSIC Trigo se organizará en torno a seis líneas de actuación. Entre ellas se encuentra “la mejora genética del trigo utilizando tecnologías genómicas y ómicas para comprender mejor los mecanismos de adaptación del trigo a las diferentes condiciones ambientales, lo que facilitará la identificación de marcadores para la mejora del rendimiento y la calidad del trigo”.

También se trabajará en agronomía sostenible, ahondando en el uso eficiente del agua y los nutrientes, la degradación del suelo o la reducción de los microorganismos beneficiosos, problemas que están originando “cultivos más vulnerables”. Asimismo, la red de investigación profundizará en la adaptación del trigo a estreses bióticos y abióticos, tratando de desarrollar nuevas variedades “más resilientes para afrontar las condiciones ambientales, el cambio climático, plagas y enfermedades”, ha señalado la investigadora del IRNASA.

Finalmente, se estudiará la mejora de la calidad del trigo y la salud, potenciando nuevos compuestos de alto valor añadido y considerando alergias e intolerancias alimentarias; y se evaluará la percepción social del trigo y del gluten en España, así como la economía circular, revalorizando los residuos generados para producir combustibles de segunda generación.

Potenciar la colaboración científica en áreas clave

Tal y como ha destacado el Vicepresidente de Investigación Científica y Técnica del CSIC, Chema Martell, el objetivo de las Conexiones.CSIC es generar redes de colaboración científica en áreas clave, agrupando personal científico y técnico de varios institutos y centros nacionales. En la última convocatoria, publicada el pasado 17 de octubre, se aprobaron cinco nuevas conexiones de las 32 propuestas presentadas en las áreas de Biología Computacional y Bioinformática, Genoma, Geociencias para un planeta sostenible, Trigo y Fotocatálisis.

Martell ha subrayado que las Conexiones.CSIC orientan su actuación a la formulación y coordinación de programas, proyectos, propuestas y actividades conjuntas, así como a la internacionalización y especialización de sus miembros. En este sentido, ha detallado que se articulan en torno a seis líneas de actividad: colaboración, prospectiva y posicionamiento; atracción de talento; formación, divulgación y comunicación; internacionalización; movilidad e intercambios, y preparación de proyectos.

La presidenta del CSIC Eloísa del Pino ha cerrado el acto subrayando que la Conexión Trigo es “un proyecto científico abierto que refleja el interés que tiene el CSIC por hacer ciencia trascendente y que encaja en los objetivos de desarrollo sostenible”. “Los problemas a los que se enfrenta la humanidad son problemas científicos y sociales y el CSIC está involucrado en ellos”, ha concluido.

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