Algo tendrán la dehesa y el campo charro para acoger tantas figuras de calidad de la carne, reconocidas tradicionalmente por el público y en los últimos años también por el boletín oficial.
Solo hablando de vacuno, la provincia de Salamanca es el escenario en el que se crían animales amparados por tres figuras de calidad, que protegen al producto y refuerzan el papel de ganaderos y elaboradores.
La IGP Carne de Salamanca ofrece una carne de gran calidad obtenida de las hembras reproductoras de raza morucha, tanto de su cría en pureza como de las obtenidas de sus cruces con machos charolés y limusín.
La zona de producción está constituida por la provincia de Salamanca y los factores más importantes que caracterizan a esta IGP son los métodos tradicionales de alimentación, desde la leche materna a los pastos naturales.
En el mismo territorio se crían los animales cuya carne llegará al mercado con el sello de la Marca de Garantía (MG) Ternera Charra.
Ampara la carne de animales nacidos y criados en las dehesas salmantinas y zonas limítrofes de Zamora y Ávila, con un sistema de producción extensivo y el manejo típico de la dehesa.
En el caso de la MG Ternera Charra las razas productoras son Morucha, Avileño Negro Ibérico, Charolés, Limusín y Rubia de Aquitania para machos.
Para las hembras, las razas son Morucha, Avileña Negra Ibérica, Charolesa y Limusina.
No finaliza aquí el mapa del vacuno de calidad en la provincia de Salamanca, puesto que todo el territorio de la provincia se incluye en el ámbito de actuación de la IGP Carne de Ávila.
El ganado amparado por esta indicación geográfica protegida es de raza Avileña-Negra Ibérica. También el procedente del primer cruce entre reproductoras de esa raza y sementales de Charolesa y Limusina.
Algo tendrán, por tanto, la dehesa y el campo charro para que Salamanca sea todo un referente en el mosaico de las carnes de calidad.