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viernes, diciembre 6, 2024
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Castilla y León analiza unas 5.000 parcelas al año en busca de la agricultura eficiente

Es el primer paso para tomar las decisiones adecuadas en cuanto a elección de cultivos, realización de labores y aporte de enmiendas. Mejorar el porcentaje de materia orgánica es lo mejor que podemos hacer por el bien de nuestra explotación y del medio ambiente

El análisis de tierra es una herramienta primordial para gestionar el suelo y optimizar las producciones, debido a los factores físicos, químicos y biológicos que condicionan su productividad. Se trata del primer paso para tomar las decisiones adecuadas en cuanto a elección de cultivos y variedades, labores, enmiendas y estrategia de fertilización. Es lo mejor que el agricultor puede hacer por el bien de su explotación y del medio ambiente.

Gran parte de los cerca de 5.000 análisis que se realizan al año recala en la base de datos de Itacyl, que atesora los realizados por diversos laboratorios y organismos públicos. Anualmente se integran en la base de datos unas 2.000 muestras de suelos convenientemente georreferenciadas, procedentes de organismos con los que existe un convenio de colaboración, como INEA, Aimcra, las diputaciones de León, Palencia y Segovia, Asaja-Soria y el Irnasa-CSIC. También integra datos de inventarios nacionales y europeos, como destaca David Nafría, jefe de la Unidad de Información Geográfica e Innovación de Itacyl.

Datos públicos

Esa ingente cantidad de información está disponible en la página web suelos.itacyl.es. Cualquier interesado puede consultar los datos de los 16.000 puntos que allí aparecen, y también hay mapas realizados mediante técnicas geoestadísticas. Próximamente, además, se presentará una aplicación para móvil y PC que integrará toda la información sobre suelos y clima, junto a imágenes de satélite.

A partir de la base de datos en manos de Itacyl se establecen modelos de predicción de cosecha, simuladores de fertilización y recomendaciones de riego, entre otras cuestiones. Nafría apunta que en España hay una gran carencia de datos edafológicos “y este proyecto surge de la necesidad del propio Itacyl de desarrollar nuevos servicios”.

Esta enorme analítica sirve para afirmar, con pleno conocimiento, lo que ya era sabido: el reducido contenido en materia orgánica de los suelos de Castilla y León, especialmente en los secanos, lo que da pie a recordar que la materia orgánica es un factor determinante en la calidad de la tierra y que “en los últimos tiempos cada vez se pone más énfasis en diferentes parámetros relacionados con la biología de los suelos”. Eso hace que en la actualidad, con el cambio climático en boca de todos, “la captura de CO2 atmosférico en los suelos mediante el incremento de materia orgánica sea algo que deberíamos potenciar. Es una herramienta de mitigación de cambio climático de primer orden que nos aporta enormes beneficios agronómicos”, recalca Nafría.

Ventajas económicas

Desde Segovia, y con el mismo ánimo, trabaja desde hace años el laboratorio de Prodestur para servir de apoyo a la agricultura de la provincia. La finalidad es que los análisis sirvan para ajustar la fertilización, con todas las ventajas económicas y medioambientales que conlleva, a la vez que aportan datos sobre carencias de oligoelementos, estructura del suelo y su capacidad de retención de cationes y agua.

Desde la entidad se recuerda la importancia de disponer de esta información a la hora de planificar los cultivos, puesto que es fundamental conocer las condiciones físicas del suelo: “Estas son difíciles de modificar y es preciso saber las necesidades del cultivo y adaptarse a lo que hay”.

Agricultores, técnicos de campo, cooperativas y asociaciones agrarias se pueden dirigir a Prodestur para solicitar un análisis, cuyo precio varía entre los 25 y los 78 euros, en función del número de parámetros analizados.

Cómo trabajar el suelo

También se presta el servicio por parte del Laboratorio de Tierras de Acor, donde se analizan los suelos de los socios y se colabora con los ensayos que realiza el Servicio Agronómico en relación con remolacha, colza, girasol, trigo y ahora también pistacho.

Para Judith Álvarez, responsable del laboratorio, el suelo de una explotación es una de sus partes más importantes. De la composición y estructura del suelo depende el desarrollo de las cosechas, puesto que “de nada sirve contar con los mejores medios y maquinaria si no conoces las características del suelo con el que trabajas, ni cómo trabajarlo”. Por eso los análisis “permiten a los agricultores conocer las condiciones de sus explotaciones, al dar acceso a conocer sus necesidades, condiciones de habitabilidad, textura y propiedades hídricas, etc., para poder trabajarlas obteniendo altos rendimientos optimizando los costes”.

En las instalaciones de la cooperativa se realizan anualmente entre 2.700 y 2.800 análisis (el 70%, parcelas de socios) y Álvarez recuerda que, si bien resultan importantes para todos los cultivos, tienen aún mayor relevancia para la remolacha: se exige a la hora de solicitar la ayuda agroambiental y es fundamental para detectar la posible presencia de nemátodos.

Desde su experiencia, esta técnica apunta una buena noticia: el contenido en materia orgánica de los suelos ha crecido en la última década gracias a la evolución de las labores y al manejo de los cultivos del agricultor actual.

Interpretar el análisis

También defienden con ahínco los análisis desde Fertiberia, que radiografía un millar de parcelas al año en Castilla y León. Su responsable para el noroeste peninsular, José Ángel Cortijo, recuerda que la compañía sigue esta práctica desde sus inicios, allá por los años 50: “Siempre hemos sido conscientes de que es necesario realizar una fertilización eficiente”.

Cualquier cliente puede solicitar un análisis a través de uno de los distribuidores de la compañía. El resultado se le entrega junto a una recomendación de abonado “personalizada para cada parcela, para ese cultivo y ese agricultor, teniendo en cuenta la producción esperada”.

La verdadera clave radica en esa interpretación. “Es donde reside su valor, puesto que indicará si existe algún problema, si hay algo que corregir. Pero para que cumpla esa función es importante que esa interpretación sea realizada por una persona formada para ello”, advierte.

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