La primavera de 2020 será difícil de olvidar, no solo por las medidas de confinamiento. Las lluvias caídas en las últimas semanas han generado un escenario que un agricultor de secano ni siquiera en sueños podía había esperado. En cuanto al regadío, aunque la lluvia haya frenado algunas labores es cierto que el agricultor había avanzado mucho antes de las lluvias. También hay que tener en cuenta que a estas alturas del año el campo tiene mucha capacidad para orear.
Estamos ante un gran potencial productivo
Las precipitaciones de abril han sido muy positivas para el agricultor de secano, cuyos cultivos tienen este año un potencial productivo muy grande. Si la sabiduría popular recuerda que abril y mayo son la llave del año, el mes que acaba de comenzar tiene que acompañar para que estemos ante una gran cosecha.
Un mayo seco y caluroso disminuiría la producción, sí, pero lo que sin duda podría arruinar el año sería una sucesión de fuertes heladas a principios de mayo. Frente a estas posibilidades, si mayo se comporta como la media estaremos ante una gran cosecha.
Dicho todo esto, no podemos perder de vista en nuestras previsiones que hay zonas, como Tierra de Campos, con suelos fuertes, donde está prácticamente garantizada una gran cosecha porque ese terreno no va a perder el agua recibida.
Plantear la fertilización con astucia
Como siempre hemos defendido en esta sección, debemos adaptar la fertilización a las expectativas de producción que tenemos este año ante nosotros. Podemos decir claramente que han acertado aquellos que han dividido las coberteras y que han incrementado la segunda por ese mayor potencial. Otros no habrán hecho así, y este año volveremos a lamentar que dos fincas de un mismo pueblo, con un suelo casi idéntico, habrán tenido resultados absolutamente dispares.
Amenazas para la sanidad
Los agricultores de secano deben estar pendientes del cultivo y visitarlo cada dos o tres días, ya que en solo 24 horas el panorama puede cambiar radicalmente. No perdamos de vista la amenaza permanente de las enfermedades fúngicas. No solo en trigo, sino también en cebada.
El agricultor deberá hacer sus números y atender al previsible balance de ingresos y gastos del cultivo, para darse cuenta de que un tratamiento fungicida será rentable de sobra, ya que incrementará la producción y la calidad de su producción.
También hay que tener en cuenta que la amenaza sanitaria es más grave para unas parcelas que para otras, puesto que no todas las variedades son igual de resistentes ante los ataques de hongos. Bravo por la labor innovadora de las casas de semillas.
Por cierto. En algunos casos también se puede plantear un abono foliar para complementar lo aportado hasta ahora, de modo que nos amoldemos a ese mayor potencial productivo.
Se puede aplicar en el mismo pase que los tratamientos, para una mayor eficiencia.
Algunas reflexiones sobre el girasol
El agua trae muy buenas expectativas también para el girasol, el ultimo cultivo en ser sembrado y hasta hace poco el miembro de la familia al que prestábamos menos atención.
Aquí también, las casas de semillas han hecho un trabajo extraordinario en investigación y divulgación; han generado un cambio de cultura y hoy en día el agricultor no siembra para, meramente, cubrir el expediente.
Pero igual que nos hemos sacudido la falsa creencia de que cualquier semilla es igual de válida, también debemos evolucionar en relación con el abonado: el girasol de secano, no solo el de regadío, necesita una fertilización adecuada. Con aquel product más adecuado al suelo y al cultivo, y teniendo muy en cuenta el momento de aplicación. No podemos hacer lo mismo que hace 15 años.
Ojo con la capacidad extractiva de la pipa
Hay un agricultor que ya había previsto su rotación y que en la campaña anterior había aportado nutrientes pensando en esta siembra de girasol.
Pero también hay un profesional que se ha visto obligado a poner girasol en una tierra que pensaba destinar a otro cultivo. Aquí necesitará aportar nutrientes en función de la expectativa de producción. Hay que recordar que el girasol tiene mayor capacidad de extracción de nutrientes por tonelada de producción que el trigo o la cebada.
Porque, sí, la pipa es una gran opción para la rotación pero también es esquilmante de nutrientes. Por esa razón, aquel que este año siembre girasol y decida no abonar debe tomar nota para, el año que viene, hacer un aporte extra de nutrientes pensando en el siguiente cultivo. El girasol no se ha criado gratis. Por el contrario, ha ido recurriendo a las reservas de nuestro suelo.
¿Cuándo hacerlo?
Lo óptimo es hacer un abonado de fondo completo en el momento de la siembra o una cobertera cuando la planta tiene cuatro hojas.
Más allá de estas dos fórmulas nos estaremos saliendo de la curva de absorción y, por lo tanto, disparando con balas de fogueo.