Aitana Sánchez
La situación que atraviesan los ganaderos españoles de leche es cada vez más crítica, con precios que se mantienen por debajo de la media europea, mientras los costes de producción siguen aumentando.
Aunque el precio de la leche cubre parcialmente los costes de producción, las pequeñas explotaciones se enfrentan a dificultades adicionales debido a los elevados gastos fijos, lo que pone en riesgo su viabilidad.
Desde el mes de julio, el precio de la leche en España ha estado por debajo de la media europea, una tendencia que se ha acentuado en los últimos meses, según el Observatorio Lácteo Europeo.
Mientras el precio medio de la leche de vacuno se situaba en 45,92 euros por cien kilos, por debajo de la media continental de 46,46 euros por cien kilos, los costes de producción continúan aumentando, lo que está llevando a muchos ganaderos al límite.
Durante el mes de agosto esa diferencia creció aún más a favor de los productores del resto del continente y en el mes de septiembre el diferencial ha seguido agradándose.
En este contexto, los precios que recibe el productor no reflejan el incremento en los gastos de alimentación animal ni los costes adicionales que afrontan las explotaciones.
Aquí surge una guerra de cifras entre productores e industria. La materia prima que reciben las industrias lácteas españolas es más cara que en países como Francia, Alemania, Holanda, Dinamarca o Portugal, tal como avalan los datos publicados por la Interprofesional INLAC.
“El dato es curioso, puesto que estos países son los grandes exportadores que, sin duda, pueden colocar producto en un país excedentario como el nuestro”, proceden desde Agaprol.
“Quizá la industria no se ha percatado de que después del mes de junio las cosas han cambiado sustancialmente. También puede ser que las estadísticas hayan sido manipuladas y que exista una explicación oculta por la que poder advertir que los ganaderos españoles son de los que más perciben por su producción”, manifiestan desde la Asociación de Ganaderos Productores de Leche (Agaprol).
En medio de esta crisis, la asociación de ganaderos alerta sobre la pérdida de rentabilidad del sector y la creciente concentración del mercado en manos de unas pocas grandes industrias, mientras muchos pequeños y medianos ganaderos se plantean abandonar la actividad ante la falta de un futuro viable.
La pérdida de explotaciones y la descapitalización del sector son una realidad cada vez más palpable, con más de 500 explotaciones cerradas solo en lo que va de año.
“Estamos en retroceso”
Por su parte, los ganaderos de ovino no entienden que se esté bajando el precio de la leche de oveja, “porque las producciones están bajando en las granjas”, señala Alberto García, ganadero de una granja de ovino sostenible en Olmedo (Valladolid).
“Una cosa que no entendió el sector fue que en primavera de este año se subió el precio de la leche y se ha bajado en otoño. En los 20 años que llevo trabajando en este sector nunca había sucedido y es algo que es contrario a la lógica”, asegura.
Alberto prevé que en la primavera de 2025 habrá “una gran producción de leche de oveja, y ya en el segundo semestre una caída rotunda, con mínimos históricos nunca vistos, debido a la mala planificación y gestión de quien haya considerado que hay que hacerlo así”, manifiesta.
El ganadero señala que el precio actual de la leche cubre los costes de producción, pero que las granjas industriales, como la suya, tienen que asumir muchos más costes al tener empleados. “Puede que las granjas familiares que no tienen estos costes fijos ganen dinero con el actual precio de la leche. En el momento que tienes masa salarial, estás perdido en este país porque te aumentan los costes una barbaridad”, subraya.
Muchos ganaderos se están planteando, incluso, vender sus cabañas para “olvidarse de todos los problemas y penurias. Esto es un castigo según estamos ahora mismo y todo son dificultades”.
“La sociedad española no se está dando cuenta de que dentro de cuatro días el país va a perder su autonomía alimentaria, y el tema de las contaminaciones alimentarias van a ser lo más normal del mundo en los supermercados. Porque los productos que se van a traer de fuera no tienen esa calidad y esa garantía sanitaria que nos impone aquí la administración española. Es un problema grave”, advierte.