El sector avícola español afronta estas semanas un escenario de mayor vigilancia y restricciones tras la activación, el 10 de noviembre, de nuevas medidas preventivas contra la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP). Aunque las explotaciones reconocen la preocupación por la evolución epidemiológica en Europa, la sensación general es de tranquilidad y control, lejos del alarmismo que consideran que se está trasladando desde fuera del sector.
Durante los últimos meses, la llegada de aves migratorias y el descenso de temperaturas han elevado el riesgo de introducción del virus en España. Entre el 1 de julio y el 5 de noviembre, en la Unión Europea se notificaron 139 brotes en aves de corral, 708 en silvestres y 33 en cautivas. Con estos datos, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) activó la Orden APA/2442/2006 para zonas de especial riesgo y vigilancia, reforzando las limitaciones ya conocidas por el sector.
“Preocupación sí, pero no dramatismo”
Desde distintas explotaciones y servicios avícolas se coincide en un mensaje común: la situación está controlada en las granjas.
“Nosotros estamos con incertidumbre, pero trabajando como siempre. No ha habido focos en la zona y eso nos da seguridad. En nuestra granja no entra nadie excepto un trabajador”, señalan desde una explotación de Madridanos, Zamora.
Fuentes del sector aseguran que el nivel de preocupación existe, pero “no es el catastrofismo que nos están haciendo ver”. Añaden que, en Castilla y León, por ejemplo, las explotaciones reciben cada año la orden de cerrar durante el paso migratorio, por lo que estas medidas no son nuevas para los profesionales, puesto que casi todos los años hay que llevarlas a cabo.
“El mercado está tranquilo. El huevo está caro y tener a las gallinas encerradas es una noticia que vende mucho, pero en el día a día el sector está haciendo lo que se indica para mantener las medidas preventivas y de seguridad”, resumen.

Nuevas restricciones en marcha
Ante este escenario, el Ministerio ha decidido activar la Orden APA/2442/2006 a partir del 10 de noviembre, aplicando las medidas de prevención y control en las zonas de especial riesgo y de especial vigilancia recogidas en los anexos II y III de la citada norma. Con la entrada en vigor de la Orden, se eliminan las excepciones contempladas en la Orden ARM/3301/2008, reforzando así la aplicación del principio de precaución.
- El uso de aves Anseriformes y Charadriiformes como señuelo.
- La cría conjunta de patos y gansos con otras especies.
- La cría al aire libre sin autorización específica y sin sistemas que eviten el contacto con aves silvestres.
- El uso de agua procedente de depósitos accesibles a aves salvajes, salvo tratamiento previo.
También se suspenden ferias y concentraciones de aves salvo permiso expreso, y se obliga a proteger depósitos exteriores de agua.
Las comunidades autónomas intensificarán además la vigilancia pasiva, la revisión de explotaciones y la sensibilización en áreas de alto riesgo como humedales.
El sector, firme en la bioseguridad
Las autoridades insisten en la necesidad de reforzar la desinfección, limitar el acceso de personal y reportar cualquier mortalidad anormal. El sector afirma que estas pautas ya forman parte de su rutina.
“En nuestro grupo estamos tranquilos porque extremamos las medidas de bioseguridad”, señalan.
Mientras avanza la migración de otoño, los ganaderos confían en que, una vez concluido el paso de aves silvestres, el riesgo disminuya. Hasta entonces, las explotaciones continúan con un objetivo claro: protección, vigilancia y normalidad dentro de las granjas.







