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InicioEmilio GonzálezLa dermatosis nodular contagiosa sacude al sector bovino español

La dermatosis nodular contagiosa sacude al sector bovino español

La provincia de Girona se encuentra entre la emergencia sanitaria y el frenazo exportador tras la detección oficial de 17 focos de DNC.

Emilio González Izquierdo

Lo que en verano era una alerta preventiva se ha convertido, en apenas dos meses, en la mayor crisis sanitaria del sector bovino español en la última década. La dermatosis nodular contagiosa (DNC), una enfermedad vírica de alto impacto económico, aunque sin riesgo para la salud humana, ha echado raíces en suelo español y ya acumula 17 focos confirmados, todos ellos en la provincia de Girona.

Pero su verdadero alcance va mucho más allá de los límites catalanes: ha paralizado exportaciones clave, tensado la cadena productiva y puesto en jaque la reputación sanitaria de un país que, hasta ahora, era uno de los principales referentes europeos en sanidad animal.

De la vigilancia a la emergencia

Todo comenzó en junio, cuando Italia y Francia notificaron los primeros brotes en su territorio. España, consciente del riesgo, activó protocolos de prevención. La Xunta de Galicia, en agosto, fue una de las primeras administraciones en anunciar: “Extremen la bioseguridad”. Pero el virus, transmitido principalmente por insectos hematófagos (mosquitos, moscas y garrapatas) y facilitado por los movimientos de animales, no esperó.

El 3 de octubre, el laboratorio de referencia de Algete confirmaba lo temido: dos explotaciones en el Alt Empordà (Girona) estaban infectadas. Desde entonces, la curva epidemiológica ha sido implacable. A día de hoy, 17 granjas han sido declaradas focos oficiales, todas dentro del mismo radio de riesgo, pero el peligro real está en que la enfermedad salte a zonas de alto potencial productivo, como Aragón o Castilla y León, regiones que albergan una proporción clave del ganado vacuno destinada a producción cárnica y láctea en España.

Respuesta de choque: vacunación masiva y sacrificios

Ante una enfermedad clasificada como categoría A por la Unión Europea, es decir, de erradicación obligatoria, las autoridades no han dudado. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) adquirió una primera partida de 15.000 dosis de vacuna, y ya prepara nuevas adquisiciones. Pero la estrategia va más allá: en la zona de restricción de 50 kilómetros alrededor de los focos, donde se ubican más de 800 explotaciones y 93.000 cabezas de ganado, se está llevando a cabo una campaña de vacunación de emergencia sin precedentes.

Paralelamente, se aplica el protocolo clásico de contención: sacrificio sanitario de los animales afectados, despoblación sanitaria de la explotación, prohibición de movimientos y desinfección exhaustiva. “Estamos actuando con transparencia, eficacia y determinación”, aseguró el ministro Luis Planas desde Vigo, en un intento por transmitir calma al sector.

El verdadero golpe: las exportaciones paralizadas

Sin embargo, donde más duele la DNC no es en el campo, sino en los puertos y aduanas. Marruecos, destino del 43 % de las exportaciones españolas de ganado vacuno vivo en 2024, con un valor cercano a los 111 millones de euros, ha cerrado sus fronteras a todo el ganado español. Y no es el único.

Una veintena de países, entre ellos Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, China, Brasil y Argentina, han bloqueado certificados de exportación no solo de animales vivos, sino también de semen, embriones, cueros, pieles e incluso algunos derivados lácteos. El argumento es común: no reconocen la regionalización, es decir, no aceptan que solo una parte del territorio esté afectada.

“Es dramático para los afectados, pero el peligro real está en que la enfermedad salte a zonas de alta producción”, advierte Matilde Moro, gerente de Asoprovac (Asociación Española de Productores de Vacuno de Carne). “Si eso ocurre, el impacto sería catastrófico”.

Galicia y Castilla y León en guardia

Mientras Cataluña lucha contra los focos activos, otras regiones se preparan para lo peor. En Galicia, la Consellería do Medio Rural ha suspendido todas las ferias, mercados y concentraciones de ganado durante 21 días. Además, prohíbe la entrada de bovinos procedentes de zonas restringidas, salvo para sacrificio directo, e impone la desinsectación obligatoria en todas las explotaciones que reciban animales externos.

En Castilla y León, la Junta ha lanzado una campaña informativa intensiva dirigida a ganaderos y veterinarios, con guías prácticas, vídeos formativos y recordatorios sobre la notificación de cualquier síntoma sospechoso: nódulos en la piel, fiebre, pérdida de apetito o disminución de la producción láctea.

¿Qué dice la ciencia?

La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha sido clara en su informe 2025: la vacunación es “una herramienta crucial, pero no suficiente”. Para contener la DNC en países recién afectados como España, se requiere una combinación de medidas: control de vectores, restricción de movimientos, bioseguridad rigurosa y vigilancia activa.

Y aunque la tasa de mortalidad es relativamente baja (1–5 %), los daños colaterales son severos: caída en la producción lechera, infertilidad temporal, descarte de pieles y, sobre todo, la pérdida de mercados internacionales, que pueden tardar años en recuperarse.

Mirando al futuro

El próximo mes será decisivo. Si las medidas de contención logran evitar nuevos focos fuera del perímetro actual, España podría demostrar a la UE ya sus socios comerciales que tiene la situación bajo control. Pero si el virus salta a otras regiones, especialmente en un otoño cálido que favorece la actividad de los vectores, el escenario se oscurece.

Mientras, el sector pide unidad, recursos y agilidad: “El Gobierno y las autonomías están haciendo un buen trabajo, pero necesitamos más vacunas, más inspectores y una diplomacia comercial urgente”, resume Moro.

Para la ganadería moderna, la sanidad animal es la columna vertebral del comercio internacional, y hoy, esa columna se está tambaleando.

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