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viernes, diciembre 6, 2024
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No hay milagro chino para el vacuno de leche, que cierra cien granjas al año en la región

El ganadero solo recibe 32 céntimos por litro, lo que sitúa al sector en un tobogán sin fin. La asociación Agaprol se aferra a la Ley de la Cadena Alimentaria y encargará un estudio “objetivo” para establecer cuáles son los costes del ganadero

El sector lácteo está viviendo una intensa paradoja en Castilla y León, con una leche de oveja que se ha revalorizado en un 10% en el último año mientras el vacuno se hunde: la comunidad ve cómo se cierran cien granjas al año por culpa de unos costes de producción inferiores al precio que recibe el ganadero.

Según datos de la asociación Agaprol, con origen en Castilla y León aunque agrupa a 570 productores de ocho comunidades, el ganadero recibe de media 32 céntimos por litro de leche, con unos costes de producción que se sitúan entre los 34 y los 36 céntimos. La culpa de esta situación radica en una posición “abrumadoramente” dominante por parte de la industria, mayoritariamente en manos de grandes multinacionales.

Algunos de los grandes gigantes de capital foráneo son Lactalis y Danone. En Castilla y León compiten con ellos compañías de capital español, como Pascual (radicada en Aranda de Duero), Quesos Entrepinares (Valladolid) o García Baquero (Toro).

Con destino a Asia

En el caso del ovino, el incremento de la demanda (y del precio que recibe el ganadero) ha partido de diferentes factores, pero con un peso muy importante para la multinacional china Yeeper, que en 2019 adquirió una elaboradora en Monforte de Lemos, Lugo. Desde allí se adquiere leche de vaca gallega y leche de ovino de comunidades próximas, como Castilla y León. Este segundo producto se transforma en polvo con destino a alimentación infantil en China y Corea del Sur.

Pero para el vacuno de Castilla y León no ha venido una solución desde la otra punta del mundo. Francisco Fernández, director de Agaprol, señala que sus asociados producen 750 millones de litros al año, dentro de un modelo de negocio que lleva al cierre a 800 explotaciones españolas al año. “En Castilla y León han desaparecido 500 desde el año 2013”, lamenta.

“Las que perviven lo hacen a base de esfuerzo, con muchas horas de trabajo, venta de carne, las ayudas de la PAC… y en todo caso sin la posibilidad de que haya relevo generacional en un sector poco atractivo, en el que no hay margen para el ganadero, pero tampoco días de descanso”, lamenta.

Esto ha generado una dinámica en la que las granjas son cada vez más grandes para reducir el coste por unidad producida (economía de escala) y buscar así la rentabilidad. Pero esto conlleva el efecto no deseado de una sociedad que rechaza las llamadas macrogranjas.

vacas

¿Cuáles son los costes del ganadero?

Esta situación “insostenible” es consecuencia de que la industria “se beneficia de unas normas, como la Ley de la Cadena Alimentaria, que se aprueban pero no se cumplen”. Para Fernández, el decreto que la desarrolla “establece que el precio que recibe el agricultor o el ganadero no puede estar por debajo de los costes de producción, pero hasta ahora nadie ha establecido oficialmente cuáles son”.

Precisamente en el marco de esa ley, Agaprol va a realizar un análisis de los costes del ganadero para situarlo como referencia a la hora de negociar con industria y administraciones. “Ese estudio lo vamos a realizar de la mano de alguna entidad o instituto universitario para que sea lo más objetivo posible”, apunta.

Lo paradójico es que esta situación se produce en un país deficitario de leche como España, que consume 9,7 millones de toneladas de leche y productos lácteos, mientras solo produce 7,2 millones. “Solo elaboramos el 70% de los que consumimos, pero eso no hace que la actividad sea rentable”, según el responsable de Agaprol.

Amenazas

Su discurso se corresponde con el de UCCL, que ha dado la voz alarma ante las quejas que le trasladan los ganaderos, que se sienten “amenazados” para aceptar nuevos contratos con precios más bajos, ante la alternativa de que no se les recoja la leche cuando acabe su vigencia.

La Unión de Campesinos critica esta situación y pone en evidencia que los abusos se siguen produciendo en este sector, sobre todo por la falta de competencia y la posición dominante de la industria, “donde el 2% de las empresas acaparan el 46% de la producción de leche líquida”. La organización resalta que el sector lácteo “es uno de los más señalados por las prácticas comerciales desleales”.

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