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lunes, febrero 10, 2025
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Optimismo en el porcino a pesar de las polémicas

Los ganaderos resaltan el prestigio del sector español en el mercado internacional, aunque lamentan la escasez de la oferta, los bajos precios de venta y las quejas del sector bodeguero

Aitana Sánchez

Transformaciones marcadas por la competencia internacional, adaptación a normativas “estrictas” y fluctuación de mercados clave, como el de China. Esta situación atraviesa el sector porcino español, en la que, sin embargo, sigue siendo un referente mundial en calidad, competitividad y capacidad de respuesta a las demandas del mercado global.

Miguel Ángel Ortiz, presidente de Feporcyl

Miguel Ángel Ortiz, presidente de Feporcyl, subraya el prestigio del porcino español en el mercado internacional, aunque destaca la alta demanda de carne de cerdo frente a una oferta insuficiente.

Esto plantea la necesidad de incrementar la capacidad productiva, “algo que una comunidad autónoma como Castilla y León podría liderar con un aumento de hasta el 40% en su cabaña ganadera sin problemas”, señala.

Sin embargo, la región ha visto un retroceso en el número de cabezas, afectado por las crecientes regulaciones relacionadas con el bienestar animal o el uso de antibióticos y complementos. “Hace dos años teníamos 4,3 millones de cabezas en Castilla y León, y este año tenemos 3,7 millones. La cabaña va a menos y, además, toda la normativa que tenemos que cumplir también hace que haya más bajas y, por lo tanto, menos producto aún en el mercado”, manifiesta.

Miguel Ángel Higuera, director de Anprogapor

Por su parte, Miguel Ángel Higuera, director de Anprogapor, destaca que España ha logrado consolidar su posición en el mercado europeo, beneficiándose de una menor producción porcina en otros países de la Unión Europea y de su consecuente demanda de carne.

Sin embargo, Higuera advierte sobre la pérdida de competitividad en terceros países por factores como los precios agresivos de Brasil y la amenaza de aranceles chinos. Esta situación podría llevar a España a reducir aún más sus exportaciones fuera de Europa. “Es un tema más de precios y de competitividad que de calidad de producto, que eso está garantizado y bien valorado por nuestros compradores. El problema es el precio”, subraya.

Algo que tendrá influencia, según los expertos, será la presidencia de Trump en Estados Unidos, ya que pretende priorizar la producción y la compra de productos americanos frente a las importaciones y tener una posición más agresiva de la que tiene actualmente. “Es una posición es un poco incoherente porque si quieres exportar también deberías estar abierto a importar”, señala Higuera.

Optimismo en el consumo español

En el plano interno, el director de Anprogapor se muestra optimista, ya que el consumo está repuntando tras los descensos asociados al fin de los confinamientos por la pandemia del COVID. “Tuvimos unos incrementos de consumo espectaculares, ya que en ese momento se demandaba mucho. Posteriormente, al reabrirse la restauración y poder salir de casa, ligado con el incremento de precios y la inflación, el consumo sufrió un descenso.

Actualmente se está incrementando el consumo en nuestro país, tanto de carne como de productos elaborados”, comenta.

Las exigencias de altos estándares de calidad y bienestar animal que tiene el porcino español se han convertido en una ventaja competitiva para el país según Miguel Antona, director general de Innoporc. “El producto español es un símbolo de seguridad y calidad», asegura.

Miguel Antona, director general de Innoporc

Antona también aborda las tensiones comerciales internacionales, como las políticas proteccionistas de Estados Unidos y las negociaciones del acuerdo de Mercosur. Reconoce que esto genera “incertidumbre”, pero también ve oportunidades para que España mantenga su posición como uno de los principales exportadores mundiales. Además, subraya la buena relación con China, construida durante años de cooperación, y confía en que el país asiático seguirá siendo un mercado clave para el sector.

El sector bodeguero contra el porcino

Hace unos meses, el Consejo Regulador de Ribera del Duero lanzó un comunicado en el que defendía los intereses de sus operadores inscritos “ante la implantación de proyectos perjudiciales para la denominación de origen”, al establecerse en la comarca otro tipo de actividades económicas, a las que denominaban “industrias excluyentes”, que “ponen en entredicho la viabilidad y la buena imagen de la DO”, refiriéndose a las granjas de porcino.

“Dicen que las granjas de cerdos son fábricas altamente contaminantes por emisiones, olores y que afean los campos de Castilla con sus construcciones. Nuestras granjas no son tan bonitas como las preciosas bodegas que hay a pie de carretera, pero son negocios tan válidos y necesarios, o más”, manifiesta Marta Llorente, viticultora en Zazuar y empresaria de porcino.

Marta Llorente, viticultora de la DO Ribera y empresaria de porcino en Zazuar (Burgos)

“Aluden a que el sector económico que mueve la Ribera del Duero es el mundo del vino, cuando aquí siempre se criaron cerdos en las casas a la par que se labraron las viñas para autoconsumo. Se han olvidado de que hay más cosas en la comarca que generan economía y riqueza”, manifiesta.

La burgalesa resalta que los granjeros “nos dedicamos a producir animales sanos, de calidad, en magníficas condiciones de bienestar animal, de limpieza, de seguridad y trazabilidad alimentaria”, donde las granjas tienen una “estricta normativa a sus espaldas que asegura que sean respetuosas y sostenibles con el medio ambiente, con los pueblos donde conviven, con los granjeros que las tenemos y con la sociedad en general».

Marta Llorente, como ganadera de porcino y también viticultora inscrita en mencionada DO, asegura llevar por bandera la defensa del sector primario. “Defiendo y defenderé siempre las bondades de los cerdos y del vino, pero nunca lo haré atacando a parte de mi sector primario”, subraya.

Ante esta situación, el presidente de Feporcyl critica iniciativas legislativas que buscan limitar la coexistencia entre viñedos y granjas, algo que considera injusto para un sector que históricamente ha coexistido en armonía con el medio rural. «A todo el mundo le gusta el jamón, pero nadie quiere una granja cerca», lamenta Ortiz.

El director de Anprogapor también critica la oposición de los bodegueros que buscan limitar la actividad ganadera en zonas rurales. «Es incomprensible que un sector como el bodeguero ataque a quienes sostienen el medio rural», afirma.

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