Son numerosas las ventajas agronómicas y económicas de esta fórmula impulsada por Agromillora, una opción llamada a ganar peso entre los secanos de Castilla y León y de todo el interior peninsular
La producción del almendro autoenraizado en seto constituye una innovación tecnológica que abre la posibilidad de alcanzar una mayor rentabilidad para los secanos ‘frescos’ dedicados a los cereales, al girasol, al almendro en cultivo tradicional o a la viña.
El partir con planta autoenraizada abarata la producción. La mayor densidad de plantación y el control del volumen de la copa mediante poda mecanizada permiten producciones más rápidas y constantes. La opción en ecológico puede aportar un ingreso adicional e incluso puede ser una opción interesante en secanos con muy baja pluviometría.
El secano en España
En España la superficie ocupada por los cereales y frutales en secano es de 8 millones de hectáreas, de las cuales más de tres millones corresponden a los denominados “secanos frescos”, con pluviometrías superiores a los 400 mm/año. Estos se destinan en su mayor parte a la producción de cereales, seguidos por los cultivos leñosos, en particular la viña, la aceituna y los almendros.
Los cultivos herbáceos ocupaban en España en 2018 una superficie de 8.595.662 hectáreas, la mayor parte en secano, con cerca de los 7 millones de hectáreas (Tabla 1).
Los leñosos contaban con una superficie de 4.562.342 hectáreas (Tabla 1), con una importancia destacable del olivo (2.650.802 hectáreas), la viña (966.962) y el almendro (665.000). La mayor parte de los cultivos leñosos se encuentra en secano, con 3.339.645 hectáreas.
En secanos extremos, con producciones de 1.500-2.000 kilos por hectárea, ni las ayudas permiten rentabilizar el cultivo, mientras que en secanos frescos (con 3.000-5.000 kilos) la ayuda de la PAC constituye en muchos casos la rentabilidad del cultivo, a todas luces insuficiente, debido al constante incremento de los costes de producción.
En el caso de los leñosos en secano, la rentabilidad se presenta estable y a todas luces insuficiente en el caso del olivo, con variaciones anuales intrínsecas a la cotización del aceite y al volumen productivo. En almendro la mayor parte de la superficie se encuentra en secano (Tabla 2), lo que condiciona fuertemente su rentabilidad.
En olivo, ya se ha dado el paso a la producción en seto con rentabilidades claramente superiores a los cereales, pero con la limitación climática del riesgo de heladas de invierno en zonas del centro-norte de España. En estos casos una opción que se plantea, siguiendo la experiencia del olivo cultivado sobre sus propias raíces, es el almendro autoenraizado.
Bases agronómicas del sistema productivo
La utilización de plantas leñosas autoenraizadas no constituye novedad alguna, dado que su utilización de remonta al neolítico. Su uso se ha visto limitado tradicionalmente a la aptitud de cada especie a la emisión de raíces y al comportamiento agronómico de la variedad. En avellano y en olivo sigue siendo una práctica habitual.
El almendro, por tratarse de un fruto seco, cuenta con perspectivas interesantes de precios y más si es en producción ecológica. En España esta especie se ha cultivado tradicionalmente en secano sobre patrones francos, entre ellos la variedad de almendro ‘Garrigues’, por su buena adaptación a las condiciones de secano que aporta cuando se utiliza como patrón.
Otros patrones utilizados en las dos últimas décadas, como los híbridos melocotón-almendro, presentan una peor adaptación a la sequía por ser el melocotonero uno de sus parentales.
Ante estas premisas y a la luz de la experiencia en olivo sobre sus raíces, se planteó en Agromillora la posibilidad de propagar el almendro “in vitro”, debido a la dificultad de esta especie para la emisión de raíces.
La planta autoenraizada ofrece las ventajas de contar con el sistema radicular del almendro y su adaptación a la sequía, y además se evita el injerto, con lo que se abarata el coste de producción en vivero.
La segunda modificación respecto al cultivo tradicional en secano fresco con árboles en vaso y marcos de 8×8 o 7×6 metros es realizar el cultivo en seto, adaptando el concepto utilizado en regadío. En secano el seto permite el control del volumen de copa mediante la poda mecanizada y su adaptación a la disponibilidad hídrica de cada zona y año. Este sistema implica la reducción de la copa, de forma completamente mecanizada a partir del segundo año, de entre un 40 y un 60%, pasando de unos 5.000-6.000 m3/ha del regadío a unos 2.000-3.000 m3/ha.
En el cultivo tradicional en secano en vaso, este control periódico no se realiza o es más costoso, por lo que la copa incrementa su volumen. Ello ocasiona, en años con déficit hídrico extremo, propensión a la alternancia, lo que penaliza la regularidad de las producciones. El autoenraizado en seto aporta una mejor tolerancia a la sequía y un control del volumen de copa, con mayor regularidad de las producciones.
Experiencias en curso en España
El seto autoenraizado en secano es una propuesta innovadora de Agromillora, de desarrollo relativamente reciente y basado en la experiencia del olivo en seto en secanos frescales.
Ha habido diferentes plantaciones en España a partir de febrero de 2017. De ellas, en la primavera de 2018 se iniciaron dos ensayos en Castilla y León: uno en la sede de Itacyl junto a la ciudad de Valladolid y otro en la localidad de Rueda, también en colaboración con Itacyl.
Características del seto autoenraizado
El almendro autoenraizado en secano se basa en el seto desarrollado en almendro para plantaciones de regadío desde el año 2010 (Figura 2), pero con las modificaciones necesarias para adaptar las distancias de plantación y el volumen de copa a las menores disponibilidades hídricas.
La adaptación se basa en ampliar el marco de plantación a distancias medias entre líneas de 4 metros y entre árboles de 1,4 metros, lo que resulta en una densidad de plantación de 1.786 árboles por hectárea. Con el objeto de reducir el consumo hídrico, el volumen de copa se reduce entre el 40% (3.000 m3/ha) en la Versión 1 y el 55% (2.250 m3/ha) en la Versión 2, con respecto al seto de regadío V2 a 3,5 x 1,25 m (5.025 m3/ha).
En cuanto a la formación del árbol, al igual que el seto en regadío, se trata de optimizar la ocupación de la copa por la vegetación mediante repetidos despuntes en verde durante los dos o tres primeros años para finalizar la copa en el cuarto año. Por tratarse de condiciones limitantes en cuanto a la disponibilidad de agua, el vigor será menor y el número de despuntes de multiplicación durante los 2 o 3 primeros años se reducirá aproximadamente a la mitad.
Las variedades mejor adaptadas, además de ser autofértiles, serán las de ciclo más corto para reducir las necesidades hídricas de la planta. Si el vigor es medio y la ramificación buena, la adaptación al seto será óptima. Además, deberán ser de floración tardía o muy tardía, para evitar en lo posible el riesgo de heladas.
En cuanto a la producción, todavía no se dispone de datos de árboles en plena producción. Considerando el volumen de copa en regadío de la V2 (5.025 m3/ha) le corresponden 2.280 kg/ha de almendro grano. Si se considera una carga floral similar a los volúmenes de copa reducidos de los autoenraizados les corresponderían potencialmente 1.361 y 1.021 kg/ha, respectivamente para las versiones V1 y V2 de la Figura 2.
A pesar de ello y por tratarse de una nueva tecnología de producción se opta por la prudencia tirando las producciones a la baja respecto a la media potencial expuesta (V1+V2), lo que equivale a 650 kg/ha de almendra grano. Esta producción y la de 750 kg/ha son las que se han considerado para el estudio económico que se presenta en las Tablas 3 y 4. Plantaciones de autoenraizados al final de su segundo año y tercer año presentan un potencial productivo de 300-500 kilos por hectárea para el año 2020.
Finalmente, en referencia a la eficiencia productiva y a la calidad del fruto, no se dispone de referencias contrastadas, solamente de las primeras producciones en el año 2019 en las primeras parcelas plantadas. Los datos obtenidos indican una entrada en producción rápida y un tamaño del fruto similar al conferido por el patrón GF-677. En olivo y en avellano autoenraizados (opción estándar), tanto la producción como el tamaño del fruto son muy satisfactorios.
Viabilidad económica
Los costes de plantación, los costes anuales de producción, así como los ingresos y el margen neto para el almendro autoenraizado y el almendro en vaso tradicional y en producción ecológica, se exponen en la Tabla 3.
Los costes de plantación son inferiores al almendro en regadío por no precisar de instalación de riego, mientras que para los de producción se han considerado los de secano en producción ecológica para el sistema en vaso.
Una vez descritas las principales características del almendro en secano fresco es importante conocer su rentabilidad con respecto a los cultivos de referencia.
Para cada cultivo se han calculado los márgenes netos para el productor. Se ha considerado la opción en producción ecológica por adaptarse bien a este tipo de secano. Los datos de la Tabla 4 son orientativos en el caso del almendro en autoenraizado, pero evidencian que puede ser una alternativa interesante en secanos frescos, y más en producción ecológica.
Autores:
Dr. Ignasi Iglesias · 2D Technical Manager. Agromillora Group
Benjamín Crespo Herguedas · Responsable Zona Norte. Agromillora Iberia