Jesús Julio Carnero ha participado, por vía telemática, en el Consejo Consultivo presidido por el ministro de Agricultura, Luis Planas, previo al Consejo de Ministros de Agricultura de la UE, que tendrá lugar el 25 de enero.
Desde enero de este año, Portugal recoge el testigo de la presidencia alemana de la UE, y tendrá que afrontar retos tan importantes como la recuperación poscoronavirus, donde el plan de resiliencia tendrá que comenzar a implementarse en los Estados miembros, y el hecho de conseguir el acuerdo con el Parlamento Europeo para tener aprobados al final de su mandato (final del primer semestre de 2021) los reglamentos de la nueva PAC.
Esto permitirá cerrar los Planes Estratégicos Nacionales y enviarlos a la Comisión para su aprobación, dando pie así a poder desarrollar la normativa de los Estados miembros en 2022 y finalmente aplicarlos a partir del 1 de enero de 2023.
Otros aspectos que deberá impulsar la presidencia lusa son el seguimiento de los mercados agrarios, especialmente con la aplicación del Brexit, y acuerdos comerciales agrarios con terceros países, la visión de las zonas rurales en la UE, o el uso sostenible de productos fitosanitarios.
Respecto a la puesta en marcha del Programa de Recuperación, Transformación y Resiliencia que tendrá que presentarse próximamente a la Comisión Europea para su aprobación, Carnero ha insistido “la financiación que este Programa destina específicamente al sector agroalimentario es muy escasa, teniendo en cuenta que España solo recibirá 1.769 millones de euros de los más de 70.000 que tiene asignados de ayudas no reembolsables, contando con la pesca y los 718 millones que se incorporarán a los Programas de Desarrollo Rural españoles como fondos Next Generation”.
En ese sentido, el consejero ha añadido que “es importante que el sector agroalimentario pueda acceder a otras líneas de ayuda que gestionarán otros Ministerios, y por eso desde la Junta de Castilla y León reclamamos que el Ministerio de Agricultura o bien canalice más fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia o bien, en su defecto, se convierta en una oficina de enlace con otros Ministerios para facilitar el acceso a la financiación”.
Al mismo tiempo, el Gobierno Regional reclama que las convocatorias para las ayudas se abran este mismo año, para resolver y comenzar los proyectos sin demora, facilitando la recuperación económica.
Aprobación de la nueva normativa de la PAC
Respecto al acuerdo con el Parlamento Europeo, para la aprobación de la nueva normativa de la PAC, Carnero ha vuelto a reclamar al Ministro “la necesidad de ser cautelosos en la determinación de la arquitectura medioambiental de la PAC, dado que el avance de esta política tiene que efectuarse sin olvidar la compensación de las rentas de los agricultores y ganaderos. Ahora es un buen momento para conseguirlo en los correspondientes trílogos”.
La Junta de Castilla y León defiende una distribución de la financiación prudente, apoyando la posición del Consejo de no superar el 20% de la asignación del primer pilar para los ecoesquemas. Esto supone aproximadamente 1.000 millones de euros en España al año para la contribución medioambiental de la PAC, a través de este nuevo modelo de prácticas que superan las condiciones medioambientales exigibles para percibir los pagos básicos de la PAC.
Acuerdos comerciales de la Unión con terceros países
El elemento clave para el sector agroalimentario europeo, es la fragilidad del sector productor: la agricultura y la ganadería. Los modelos europeos, ligados a explotaciones familiares, con una fuerte presión en condicionantes medioambientales y sociales, sitúan a nuestro sector productor en una situación que le aparta de la competitividad, en costes de producción.
Por tanto, Carnero ha dejado claro que “es preciso establecer unas cláusulas de reciprocidad y de responsabilidad compartida ante retos mundiales medioambientales y también sociales, y aquí Castilla y León apuesta, más allá de los pactos bilaterales, por la vuelta a la multilateralidad de los acuerdos que permita otorgar mayor igualdad en las relaciones y evitando así las guerras arancelarias al comercio”.
Hay que tener en cuenta que existen sectores agrarios que lejos de recuperarse, están atravesando momentos muy complicados, como el del vacuno de carne y el vitivinícola, y es necesario empezar a tomar medidas con alcance europeo y abrir nuevos mercados internacionales que favorezcan las transacciones, coincidiendo en este caso con la posición ministerial.