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Cebolla de Gáldar: tradición y calidad

La cebolla de Gáldar, conocida como la "cebolla de los cebolleros", es un cultivo tradicional de la isla de Gran Canaria, especialmente en este municipio

Natalia Lozano

En Gáldar sopla fuerte el viento. Es precisamente este viento el que el secreto detrás del buen desarrollo del cultivo de la cebolla. La historia de la cebolla está íntimamente ligada a la de los habitantes de Gáldar. El apodo de «cebolleros» para referirse a sus vecinos no es casual; es un reflejo de la profunda importancia que este cultivo ha tenido en la vida y la economía de la comunidad a lo largo de los años. Más que un simple producto, la cebolla se ha convertido en un símbolo de la identidad local y un orgullo para sus gentes.

La producción de esta cebolla, que se cultiva principalmente en Gáldar y Agaete, se extiende a lo largo de aproximadamente 12 hectáreas. Cada año, se cosechan cerca de 900.000 kilos, la mayoría destinados a abastecer el mercado local.

Hoy conocemos a María del Pino Flores González, agricultora que se dedica al cultivo de la cebolla. “Ahora mismo tenemos plantado en torno a las 2 hectáreas entre cebolla blanca, roja y chata de sardina”.  En concreto, la cebolla blanca “se planta entre diciembre y marzo, y ahora estamos empezando a cultivarla”, indica la agricultora.

Calidad y diferenciación

Cada variedad tiene sus características y las identifica el color, la forma y la época del año en la que se producen. “Se identifica bastante bien, son un producto fresco y firme”, explica esta productora. Tan peculiares que un paladar conocedor del producto es capaz de diferenciarlo. “Esto es cebolla de Gáldar, y se distingue por sus cualidades, afirma sin dudarlo Flores. Además, asegura que el vivir en una zona con viento “viene muy bien al cultivo y favorece su calidad”.

Las variedades características son:

La ‘Chata de Sardina’ es achatada, violeta oscuro, tiene un picor medio, se recolecta en mayo y es la acompañante ideal para el gofio amasado y escaldado.

La ‘Roja’ no tiene forma homogénea, es también violeta oscuro, se recoge en julio y agosto y se utiliza para ensaladas por su escaso picor.

La ‘Blanca’ es poco homogénea, marrón, se recolecta en julio y agosto, y debido a su escaso picor es recomendable para guisos y frituras.

La variedad ‘Embarque’ es achatada, marrón y se recoge en mayo, además es la más picante y menos cultivada, ideal para guisos y frituras.

Tradición y futuro

El cultivo de cebolla en Gáldar tiene una larga tradición y forma parte de su identidad cultural y gastronómica. Los productores de la zona están intentando posicionar su producto y para ello han creado una cooperativa en la que trabajan por un mismo objetivo. “Creamos la cooperativa hace un año. Estamos intentando que la cebolla de Gáldar recupere el auge que tenía en su momento, que de hecho se plantaba para exportar”, afirma Flores.

El objetivo principal de la Asociación es preservar y dar valor a este producto específico, destacando su calidad y características únicas mediante la solicitud de una Denominación de Origen Protegida.

La Cebolla de Gáldar tiene una demanda estable en el mercado, pero enfrentan el desafío de la competencia y la falta de infraestructura adecuada. Para lograrlo, la Asociación trabaja en la búsqueda de maquinaria moderna, personal administrativo, materiales de empaque distintivos y promover prácticas agrícolas sostenibles y responsables entre los miembros productores y seleccionadores.

“La recolección de la cebolla aquí es dura, es un trabajo de esfuerzo, porque no es lo mismo coger la cebolla a mano que con maquina”, sentencia Flores.

La agricultora insiste en la necesidad de que el consumidor “apueste por esta cebolla, hay producto en la isla, pero muchas veces no apuestan por él, el amo de casa es quien tiene que apostar por nuestro producto”

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