Jesús Ángel García. Director técnico de Ingeniería Garmon
Desde que terminaron las campañas de riego, las últimas en noviembre del año pasado, todas las instalaciones están paradas, por lo que el regante debe tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Cuando tenemos transformadores intemperie, aconsejamos no desconectarlos, pues aunque no hacemos uso de su energía, al estar alimentados, hacen circular corriente por sus devanados primarios, de manera que tanto este devanado como el aceite refrigerante y aislante que utilizan se encuentra en régimen de temperatura y evita la entrada de humedades, que pueden provocar averías en la campaña de riego.
En el 99% de estos transformadores, las pérdidas se pagan por real decreto, pues el contador no las mide, por lo que el desconectarlos no conlleva ningún tipo de ahorro en la factura eléctrica.
Solo en los transformadores de interior con medida en alta tensión, donde el equipo de medida mide sus pérdidas, puede ser rentable desconectarlos en el período de no riego, pues evitamos el pago esta energía; y al estar en interiores, quedan protegidos de las inclemencias meteorológicas.
Las instalaciones de baja tensión, sí aconsejamos desconectarlas, bajando el automático general. Así evitamos posibles averías derivadas de las perturbaciones de la red eléctrica. Luego, al ponerlas en servicio, se debe de comprobar el estado de la programación de todos los elementos de corte y seguridad, como relojes programadores, contadores, etc.
Todos los elementos electrónicos que se encuentren en la intemperie, como pueden ser captadores de presión, se deben desmontar y guardar, para así evitar las averías provocadas por la acción del hielo sobre los mismos.
En algunas ocasiones, sobre todo cuando los robos de los transformares estaban al orden del día, en muchas instalaciones intemperies sus propietarios desmontaban el transformador y se lo llevaban a un lugar seguro y protegido para evitar su robo.
Esto implica dos costes: el de retirada del transformador y el de su nueva instalación, que tiene que realizarse por un electricista homologado para trabajar en alta tensión.
Esto solo solventa la cuestión de los robos, pues no introduce ningún ahorro en el recibo eléctrico, al contrario, lo incrementa con las facturas de los trabajos de desmontaje y montaje.
Por otro lado, al hacer esta operación, el contador de la compañía se queda sin alimentación, y no se pueden sacar lecturas hasta que se vuelva a instalar el transformador, lo cual puede provocar problemas con la facturación eléctrica de los meses de no riego. Por lo tanto, desaconsejamos realizar esta operación.