El próximo 18 de diciembre, la capital belga será escenario de una gran movilización que reunirá a más de 10.000 agricultores provenientes de toda la Unión Europea. La manifestación, convocada por Copa-Cogeca y respaldada por numerosas organizaciones agrarias nacionales, tiene como objetivo presionar a los líderes europeos, que en esos días debatirán el futuro presupuesto comunitario para el periodo 2028-2034, con un foco particular en los posibles recortes a la Política Agraria Común (PAC).
Las principales organizaciones agrarias han convocado hoy a los medios de comunicación para informar sobre la gran manifestación agraria, que ya se perfila como histórica, al confirmarse la participación de representantes de los 27 Estados miembros de la Unión Europea.
Será la primera vez que el campo europeo, en su conjunto, se movilice en Bruselas para enviar un mensaje claro a las instituciones comunitarias: “basta de decisiones alejadas de la realidad agraria cuando están en juego la agricultura y la seguridad alimentaria europeas”.
La movilización tiene como eje central la defensa de una PAC con presupuesto propio, estructura en dos pilares y carácter común, frente a la propuesta del nuevo Marco Financiero Plurianual 2028-2034, que plantea un fondo único que pone en riesgo los ingresos agrarios, la cohesión territorial y la soberanía alimentaria de la UE. También se abordarán otras reivindicaciones clave como una política comercial justa, la incertidumbre que generan acuerdos como Mercosur y una simplificación normativa real.
Las organizaciones agrarias han calificado esta fecha como “crítica”, no solo por la importancia de las negociaciones presupuestarias, sino también por la necesidad urgente de frenar lo que consideran políticas perjudiciales para el sector. Según denuncian, los recortes y las regulaciones excesivas están poniendo en riesgo la viabilidad de las explotaciones agrícolas y la seguridad alimentaria de Europa.
El campo levanta la voz
Los convocantes de la protesta subrayan varios factores que alimentan el descontento de los agricultores. En primer lugar, la preocupación por los recortes en la PAC, cuyo presupuesto podría reducirse drásticamente, afectando especialmente a las pequeñas y medianas explotaciones agrícolas. Además, las organizaciones denuncian la creciente burocracia y exceso de normativa, que se está volviendo “inasumible” para muchos agricultores y, en particular, para los más jóvenes, alejándolos de la actividad agraria.
Otro de los puntos que genera gran preocupación es la competencia desleal que enfrentan los agricultores europeos debido a las importaciones de productos agrícolas de terceros países, que, según argumentan, llegan con estándares medioambientales y laborales menos exigentes, lo que presiona a la baja los precios y reduce la rentabilidad de las explotaciones europeas.
“Sin agricultores, no hay alimentos”
La movilización del 18 de diciembre no solo busca mayores fondos para el sector, sino un cambio de rumbo en las políticas agrícolas comunitarias. En un contexto de volatilidad de precios, crisis climática y el creciente aumento de los costes de producción, las organizaciones agrarias insisten en la necesidad de un modelo agrícola más sostenible, competitivo y capaz de asegurar el relevo generacional. Bajo el lema “Sin agricultores, no hay alimentos”, los convocantes hacen un llamamiento urgente a la Comisión Europea para que escuche las demandas del campo.
Una gran concentración con presencia internacional
Se espera que la manifestación sea masiva, con más de 10.000 agricultores, muchos de ellos a bordo de tractores, llegados de países como España, Francia, Bélgica, Alemania y los Países Bajos. Habrá representantes de los 27 Estados miembros de la Unión Europea. La protesta coincide con uno de los debates más delicados para el futuro de la política agraria europea, convirtiéndose en una cita clave en la que se pondrán de manifiesto las tensiones dentro del sector.
En palabras de los organizadores: “El campo europeo está al límite. Y Bruselas debe escucharlo ahora.”
La movilización del de este jueves podría marcar un punto de inflexión en las políticas agrícolas de la UE, con los agricultores exigiendo una solución urgente que garantice el futuro de la agricultura en Europa.







