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Día mundial de la agricultura: los retos actuales

Hoy, 9 de septiembre, se celebra el Día Mundial de la Agricultura, una fecha que rinde homenaje a todos los agricultores que se dedican al cultivo de la tierra

Natalia Lozano

En este día se reconoce la labor tan importante del desempeño de esta actividad y la importancia que tiene el trabajo de producir alimentos de calidad para la población. El sector agrícola se encuentra en un momento de transformación y afronta desafíos como la digitalización, la optimización de los recursos y el relevo generacional. Las nuevas tecnologías son claves para garantizar la sostenibilidad y la competitividad de este sector, apostar por agricultura de conservación es otra de las vías que actualmente están abiertas en el sector.

El cambio climático y la evolución de la sociedad exigen una optimización de las prácticas agrícolas. Además de la aplicación de nuevas tendencias para lograr una agricultura sostenible, desde la plantación del cultivo hasta la cosecha. Incluyendo en esta cadena el proceso de distribución del producto.

La agricultura en España se caracteriza por tener más de 23 millones de hectáreas de superficie agraria, con una producción de unos 65.513 millones de euros en 2023 y una tendencia a la baja en el número de explotaciones, pero con un aumento en la superficie de cada una de ellas, según datos del INE y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).  El sector agrícola es uno de los más importantes y emplea alrededor de 770.000 personas.

El sector agrario se enfrenta a desventajas competitivas frente a productos importados de países con normativas menos exigentes, lo que genera competencia desleal.

Costes de producción muy altos

Esta situación de desventaja genera malestar entre los agricultores que ven, además, como los costes de insumos y materias primas se disparan.

En este momento se demanda un modelo más sostenible, se pide más información sobre lo que consumimos, saber cuál es el origen de los alimentos y cómo han sido producidos. Y de aquí surge una realidad, el ser más eficiente. Para ello, los cultivos deben ser capaces de aprovechar mejor el agua y los nutrientes y controlar las consecuencias de la climatología para así llegar a tener una rentabilidad.

Estos cambios en la climatología están afectando a los agricultores en primera persona. Por ello, están continuamente buscando la forma para adaptarse a la nueva situación climática, y encontrar variedades vegetales que se adapten a los distintos contextos.

La digitalización

Este es uno de los grandes retos de la agricultura. Los modelos de agricultura de precisión, el ahorro de agua o el uso de energías alternativas, además de la gestión técnica y administrativa de las explotaciones agrícolas y ganaderas, están condicionados por el acceso a la tecnología digital, incluida la inteligencia artificial. El uso de drones para las aplicaciones de fitosanitarios, para vigilar las cosechas y evitar incidencias, ya es una herramienta indispensable para muchos agricultores.

A través de las herramientas de big data, analizan ya en muchas explotaciones las necesidades de los cultivos. En cuanto al riego con la utilización de sensores y monitoreo remoto, conocen qué ocurre en los cultivos en tiempo real para tomar decisiones que permitan optimizar los recursos y aprovechar el rendimiento del campo al máximo.

En cuanto a la maquinaria, se programan para que trabajen de forma autónoma que ayudan y facilitan al agricultor las tareas como la siempre o la recolección.

Los avances en la agricultura de precisión y las tecnologías de riego eficientes ofrecen oportunidades para mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental, pero muchos pequeños agricultores carecen de los recursos financieros y el conocimiento necesario para implementarlas.

Por ello, el asesoramiento de estas nuevas tecnologías es necesario para que todos los agricultores puedan tener acceso a ello y no sea un obstáculo para la viabilidad de las pequeñas explotaciones.

La facturación de las cooperativas ha crecido el 93% en dos décadas

Las cooperativas son otro punto clave en la situación actual del sector. La ONU ha declarado este año 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas. Se quiere destacar el papel que desempeñan en la construcción de un desarrollo verdaderamente sostenible: el que se produce en las vertientes económica, social y ambiental.

Bajo el lema ‘Las cooperativas construyen un mundo mejor’, la celebración pone de relieve la contribución decisiva de estas entidades a los retos globales, de forma especial la rentabilidad, la inclusión y el cambio climático. Un ejemplo claro lo tenemos en el campo español, donde las cooperativas lideran el crecimiento y la innovación.

Como en el caso de las ventas al exterior. Las exportaciones de las cooperativas agroalimentarias han mostrado una evolución muy positiva, con un incremento de la facturación de más del 100% en la última década. En 2023 facturaron 43.000 millones de euros, cifra que se verá superada cuando se conozcan los datos de 2024.

Producción ecológica

Las cooperativas agroalimentarias también se sitúan en la vanguardia a la hora de atender las nuevas demandas del público. Como muestra tenemos el hecho de que las cooperativas agroalimentarias españolas han mostrado un fuerte incremento en la producción y comercialización de productos ecológicos. El valor de los productos ecológicos cooperativos representa el 39% del sector ‘eco’ de nuestro país.

Lo mismo cabe decir en relación con la participación de la mujer, tanto en la parte productiva como en la toma de decisiones. Las mujeres representan un 28,3% de la base social del sector cooperativo y un 10% de la composición de sus consejos rectores. En el 4,8% de los casos las mujeres ostentan la presidencia y un 14,3% ocupa puestos de dirección. De hecho, hoy el ministerio ha distinguido esta labor otorgando el premio honorífico de Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales, a las mujeres cooperativistas del sector agroalimentario. Este premio es un reconocimiento a su labor colectiva, al fortalecimiento de su autonomía y participación en la toma de decisiones, así como por constituir un referente para toda la sociedad y las nuevas generaciones.

Los datos ofrecidos por Cooperativas Agroalimentarias de España revelan que se trata de una tendencia sostenida en el tiempo y que en los últimos ejercicios se observa un ligero incremento del peso de las mujeres en todas las categorías mencionadas.

Incorporación de jóvenes

Uno de los grandes retos del campo actualmente reside en que los jóvenes sigan considerando la agricultura y la ganadería como una actividad atractiva, que se incorporen al sector y se produzca el ansiado relevo generacional.

El Diagnóstico de la Juventud Agraria, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, muestra la escasa presencia de jóvenes al frente de las explotaciones agrarias, por ejemplo, en Castilla y León, una de las comunidades con más peso en el sector, tan solo el 8,8% de los casi 6.000 titulares que ejercen como jefes en el sector primario en la comunidad tiene menos de 41 años. Esta cifra es similar a la media nacional.

En cuanto a los datos dentro de cooperativas, los jóvenes representan ya un 9,8% de la base social cooperativa y un 7,9% de la composición de los consejos rectores. En el 4,1% de los casos hay jóvenes en la presidencia de la entidad y un 7,1% ocupa puestos de dirección.

Estos datos evidencian que el relevo generacional sigue siendo uno de los mayores retos del sector agrario español.

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