La asociación AgroLaGranja, en colaboración con la Diputación Provincial de Valladolid, celebra el I Congreso de la Cadena Alimentaria de Castilla y León, el próximo 17 de diciembre en Arroyo de la Encomienda (Valladolid).
Este congreso afirman que tiene como principal objetivo «promover el diálogo y la colaboración entre los diferentes eslabones de la cadena agroalimentaria, y abordar de manera abierta y realista los principales desafíos que enfrenta el sector».
Hablamos con Sonia Rodríguez, ganadera de vacuno y presidenta de la Asociación AgroLaGranja sobre el congreso y sus motivaciones para organizarlo.
Castilla y León es una potencia agroalimentaria, pero la relación entre los eslabones de la cadena no siempre ha sido fluida. ¿Por qué la Asociación AgroLaGranja decide dar este paso y convocar este Congreso ahora?
Sonia Rodríguez: Porque la situación actual no nos deja otra opción que la unión. El sector primario enfrenta múltiples desafíos: inflación de costes, una exigencia regulatoria sin precedentes y la necesidad de una sostenibilidad que sea real, es decir, económica además de medioambiental. Decidimos dar este paso ahora porque es más necesario que nunca construir puentes, no muros. No podemos seguir trabajando en compartimentos estancos, o nos salvamos todos como cadena, o no se salva nadie. AgroLaGranja quiere ser el catalizador de esa unidad.

Se han celebrado foros sobre la cadena alimentaria antes, pero este tiene una particularidad: nace del sector primario. ¿Qué cambia cuando son los agricultores y ganaderos quienes convocan a la industria y la distribución?
Cambia todo: cambia la legitimidad y cambia el enfoque. Por primera vez, el origen toma la iniciativa de organizar un congreso de la cadena alimentaria en Castilla y León. Esto le da al evento una autenticidad única. No venimos a que nos digan cómo hacer las cosas, venimos a proponer soluciones sentando a todos a la misma mesa. Buscamos integrarnos definitivamente en la cadena y que se entienda que si el cimiento, que somos nosotros, no es fuerte y rentable, el resto de la estructura no tiene futuro.
Este congreso no surge de la nada, lleváis muchos meses de trabajo previo con mesas preparatorias. ¿Qué conclusiones preliminares han extraído de ese diálogo con industria y distribución?
La principal conclusión es que tenemos más puntos en común de los que creíamos. En las mesas sectoriales, hemos visto que la preocupación por la eficiencia logística, la digitalización o el consumidor final es compartida. Hemos sentado a profesionales del sector punteros, industria agroalimentaria, empresas de servicios auxiliares, distribución, investigadores y administraciones. De ahí ha salido un documento de trabajo realista, un «diagnóstico de campo», que asegura que lo que debatiremos el día 17 no es teoría, sino retos reales de Castilla y León.

El programa cuenta con ponentes de alto nivel como Pablo de la Rica (AECOC), Felipe Medina (ASEDAS) y Carmen Lence (Grupo Lence). ¿Qué esperan que aporten estas figuras nacionales al contexto específico de Castilla y León?
Buscamos una visión integral de 360 grados. Queremos que nos ayuden a leer las tendencias de consumo, a desmitificar tensiones con la distribución y a entender cómo la innovación industrial puede generar valor en el mundo rural. No queremos que sea un evento teórico, queremos que sea un evento útil, con vocación transformadora y con impacto real en el corto y medio plazo para los profesionales de nuestra región.

Finalmente, ¿qué mensaje enviaría a un agricultor o ganadero, a un gerente de industria o a un responsable de compras de un supermercado para que se inscriba y asista el 17 de diciembre?
Les diría que esta es su mesa. Es la oportunidad única de sentarse frente a frente con el resto de los actores de los que depende su rentabilidad, en un foro liderado por el origen con el máximo respeto y profesionalidad. Estamos construyendo el futuro del sector agroalimentario de Castilla y León y esto solo lo podemos hacer juntos. Les invito a ser parte de esta alianza estratégica. AgroLaGranja ha llegado para quedarse, para ser el altavoz del origen y para trabajar por una cadena alimentaria eficiente, sostenible y dialogante.







