La Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga presentará el 21 de diciembre sus alegaciones al Plan Hidrológico de la Demarcación del Duero, un día antes de que expire el plazo para hacerlo. Acudirá con argumentos contundentes y con ruido en la calle, para que las buenas palabras no se queden en un brindis al sol. “Los compromisos deben ir acompañados de partidas económicas”, señala su presidente.
Ricardo Ortega
El responsable de la Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga, Luis Alberto Nebreda, se ha reunido esta semana en la sede de la CHD con el director general del Agua, Teodoro Estrela, para trasladarle su posición en relación con el borrador del Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero, que el 22 de diciembre cierra el periodo de alegaciones.
Estrela ofreció compromisos, “pero esas buenas palabras se deben trasladar al documento definitivo del Plan Hidrológico, con su literatura correspondiente pero también con anexos económicos”, destaca Nebreda.
Por esa razón la comunidad de regantes presentará sus propias alegaciones el martes 21, respaldada por una concentración de agricultores ante la sede de la confederación. También está previsto convocar una rueda de prensa ante las oficinas, en el número 5 de la calle Muro de Valladolid.
Sin inversión, “agua de borrajas”
El documento en fase de borrador cuenta con diferentes aspectos que la Comunidad de Regantes no comparte, pero también con otros “que si no cuentan con medidas económicas terminan siendo agua de borrajas”, apunta Nebreda, quien recuerda el caso de las balsas de las Cuezas.
La construcción de estas infraestructuras, que afectaría a once municipios de la provincia de Palencia y a Sahagún (León), no ha pasado del estudio de impacto ambiental, pese a que según el Plan Hidrológico vigente debería haber concluido dentro de 2021.
Es la demostración de que “toda medida prevista sin una partida presupuestaria no es más que un brindis al sol”, recalca el presidente de los regantes.
Una ‘contaminación difusa’ que se mide mal
Otro aspecto que no convence a la Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga hace referencia a la contaminación difusa. No está de acuerdo con la forma de realizar las mediciones, ya que al tener en cuenta periodos de tiempo muy largos “no se aprecian los enormes esfuerzos realizados por el regante” respecto a la eficiencia en el uso del agua y del abono nitrogenado.
Los regantes del Canal del Pisuerga tampoco pueden compartir el “canon ambiental” que el ministerio desea implantar, que será de un céntimo por metro cúbico de agua de riego. “En el caso de la remolacha ese canon puede suponer 60 euros por hectárea, lo que sería un gasto inasumible”, advierte.
A favor de las CUAS, en contra de los ‘peajes’
En relación con las aguas subterráneas, la Comunidad de Regantes del Canal del Pisuerga está de acuerdo con el impulso a las Comunidades de Usuarios de Aguas Subterráneas (CUAS). Incluso en pasar de riego con aguas subterráneas a riego con superficiales “allí donde sea posible”. Pero no acepta que toda medida regulatoria, incluso actos jurídicos entre particulares, implique “peajes” en forma de menos disponibilidad de agua, ya que “no tienen una justificación”.
Nebreda también aboga por legalizar los derechos históricos de aquellos regantes con pozos llamados ‘de Minas’ que no se encuentran inscritos en el registro de la CHD.
Modernizar “de verdad”
Otra reivindicación tiene que ver con la modernización de regadíos, “que se respaldan de palabra y no por la vía de los hechos”. Se refiere Nebreda al escaso apoyo presupuestario para “estas actuaciones tan necesarias”, además de a cuestiones como la lentitud en los diferentes trámites administrativos, de forma especial los relacionados con las exigencias ambientales, que en muchas ocasiones “llegan a cuestionar el regadío” y pueden hacerlo inviable.
Aumentar la capacidad de embalse: hacer frente al cambio climático
Como en otras zonas de la cuenca del Duero, los regantes del Canal del Pisuerga reclaman “aumentar la capacidad de regulación” para poder hacer frente al cambio climático, que puede traer una disminución de las aportaciones de agua cercana al 11%.
“Si hay cambio climático debemos tomar medidas”, apunta el presidente, que denuncia que el borrador del Plan Hidrológico “menciona alguna obra pero, de nuevo, sin una dotación económica suficiente”.
En el caso de la cuenca del Pisuerga la capacidad de regulación es de apenas el 32% y la comunidad de regantes presentó en su día un estudio de la Universidad de Burgos (UBU) para incrementar esa capacidad de embalse en un 15% con pequeñas obras y recrecidas.
“Esta cuestión es una línea roja para nosotros”, advierte Nebreda. “Si el sector primario es esencial para el país, como se reconoció durante la pandemia, se deben tomar medidas para respaldarlo porque, de lo contrario, en muchas zonas se puede llegar a la inviabilidad total del riego”, remacha.