María Álvarez Escalante
En pleno corazón del prestigioso Valle del Duero, cuna de la tradición vitivinícola, Bodegas Win está redefiniendo el futuro del sector con su apuesta por los vinos sin alcohol. El proyecto de la Familia Matarromera se posiciona como un referente en la elaboración de productos que no solo satisfacen la creciente demanda de un consumo más consciente y saludable, sino que también elevan el estándar en la obtención de la materia prima y el proceso de desalcoholización, siempre con una filosofía arraigada en lo natural y lo sostenible.
En busca de la mejor materia prima
Por todos es sabido que la excelencia de un vino arranca en la tierra, también en los vinos sin alcohol. En Win, seleccionan cuidadosamente las mejores uvas procedentes de sus viñedos propios ubicados en las Denominaciones de Origen de Rueda, Ribera del Duero o Cigales – el Grupo Matarromera cuenta con 11 bodegas en siete denominaciones de origen-. “Nuestro objetivo es elaborar grandes vinos y después transformarlos en vinos sin alcohol”, nos explica Beatriz Moro, presidenta de Bodegas Win.

Si bien la esencia de Win es transformar un vino ya fermentado en una versión sin alcohol, la calidad de la uva inicial es fundamental. Se priorizan viñedos que permiten obtener uvas con las características organolépticas más adecuadas, es decir, aquellas que conservarán su complejidad aromática y estructural a lo largo de todo el proceso.
De hecho, proyectos de investigación en los que participa Win se centran en optimizar las prácticas desde la obtención de la uva, buscando incluso variedades o momentos de vendimia que naturalmente ofrezcan un menor contenido de azúcares, lo que impacta positivamente en la calidad final del producto sin alcohol. “Esta selección de uvas de parcelas óptimas asegura que cada botella de Win encapsule la esencia pura del terruño”, nos cuenta Moro.
Un proceso natural
La clave del éxito de este proyecto reside en su proceso de desalcoholización, calificado como «completamente natural» y patentado. A diferencia de otros métodos que pueden comprometer las cualidades del vino, Win emplea una avanzada tecnología de Columna de Conos Giratorios (Spinning Cone Column – SCC). “El vino no tiene ningún componente químico adicional, es un proceso completamente físico y natural”, explica.
Este sistema innovador permite separar el alcohol del resto de los componentes del vino (aromas, sabores, polifenoles) a muy bajas temperaturas y sin aplicar altas presiones. La delicadeza del proceso es crucial: los componentes volátiles y aromáticos se recuperan y se reincorporan al vino una vez que el alcohol ha sido extraído. De esta manera, se minimiza la pérdida de las características organolépticas originales, conservando la riqueza de aromas, sabores y texturas que definen un buen vino.

Es fundamental destacar que producto se elabora a partir de vino ya fermentado, y no de mosto. Esta diferencia es crucial, ya que el contacto con los hollejos durante la fermentación tradicional dota al vino de una mayor concentración de polifenoles y antioxidantes naturales de la uva. La tecnología SCC garantiza que estos compuestos beneficiosos se mantengan intactos, ofreciendo un producto final que no solo carece de alcohol, sino que también conserva las propiedades saludables del vino original.
Inversión en I+D+i
La génesis de este proyecto se remonta a principios de los años 2000, una época en la que el concepto de vino sin alcohol era prácticamente marginal en la industria vitivinícola española. Fue Carlos Moro, presidente de Grupo Matarromera, quien mostró una visión poco común al identificar una potencial demanda en este segmento. Anticipándose a los cambios en los hábitos de consumo y al creciente interés por la salud, Moro decidió invertir en investigación para explorar las posibilidades de la desalcoholización.
Su apuesta implicó la búsqueda y adopción de tecnologías que garantizaran la calidad del producto final. Esta decisión temprana, arriesgada en su momento, posicionó a Matarromera como una de las bodegas pioneras en España en el desarrollo de vinos sin alcohol. El proyecto Win, por tanto, es un reflejo de una estrategia a largo plazo y de la capacidad de la compañía para diversificar su oferta.
Un vino integrador
“El vino siempre ha sido sinónimo de celebración, de brindis, de momentos compartidos. Con estos vinos pretendemos integrar en estos momentos a todas aquellas personas que por decisión propia o por el motivo que sea no puedan consumir alcohol”, propone Moro.
El vino sin alcohol causa muchísimo interés, y además es tendencia absoluta en muchos mercados. Los grandes restaurantes, por ejemplo, ‘Disfrutar’ en Barcelona o ‘Kabuki’ en Madrid ya han incorporado a sus cartas alternativas sin alcohol para maridar sus menús o para servir por copas. De esta forma ofrecen una alternativa para que sus clientes puedan disfrutar de la experiencia sensorial del maridaje.
Moro se muestra sorprendida por la respuesta de enólogos, sumilleres y periodistas especializados: «Es tema de conversación constante en cualquier círculo al que voy. Eso te da idea de la potencia que es el vino sin alcohol en este momento».
Un futuro sostenible
La filosofía de esta bodega va más allá de la innovación enológica. “La empresa está firmemente comprometida con la sostenibilidad”, explica Beatriz Moro. Esto se traduce en prácticas como la utilización de energías renovables – que “en estos momentos genera un excedente de producción”-, la optimización del consumo de agua y la adopción de prácticas como la vendimia nocturna para reducir el gasto energético. En el diseño del producto, “priorizamos la utilización de botellas aligeradas, papeles reciclados a partir de restos de poda o corchos elaborados con fibra de remolacha”.

Bodegas Win representa un modelo de cómo la tradición y la vanguardia pueden fusionarse para crear productos que respondan a las necesidades de un mercado global en evolución, donde la salud, el bienestar y el respeto por el medio ambiente son valores irrenunciables. Con su enfoque agronómico cuidadoso y su proceso natural de desalcoholización, Win no solo produce vinos sin alcohol; crea una experiencia vinícola completa y consciente, invitando a todos a disfrutar de la naturaleza en cada sorbo.







