María Álvarez/ Aitana Sánchez
La genética y la conducción en seto están permitiendo que el almendro se consolide como una opción rentable en amplias zonas de España. Así lo ha demostrado el Demotour organizado por la compañía Agromillora, que durante meses ha realizado nueve demostraciones en campo a lo largo de seis comunidades autónomas.
Este esfuerzo divulgativo ha tenido como escenario fincas de secano y regadío de regiones tan dispares como Andalucía, Extremadura, Navarra, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León. En todas ellas, bajo el denominador común de haber incrementado los rendimientos y la calidad de la almendra, con la buena noticia de que ya estamos ante un cultivo 100% mecanizable.
Benjamín Crespo, responsable de cultivos leñosos de Agromillora en el norte de España, hace un balance “muy positivo” del Demotour, que ha contado con más de 1.200 participantes y con cerca de cincuenta colaboradores, entre profesionales locales y grandes empresas de ámbito nacional.
Ha sido una ocasión para conocer las ventajas del árbol conducido en seto, lo que permite la máxima eficiencia y el empleo de maquinaria a lo largo de todo el proceso, lo que ahorra el empleo de una mano de obra cada vez más difícil de conseguir.
“Hemos visitado fincas de secano en Andalucía en las que se han cosechado más de 500 kilos por hectárea con unas plantas de apenas dos años”, destaca Crespo, “al mismo tiempo que se han conocido las virtudes de portainjertos como el R20 en el regadío”.
El agricultor Blas Donis, que ha acogido una de las sesiones en su finca de Carrión de los Condes (Palencia), destaca el papel de la genética para hacer posible que una comarca tan fría esté cubierta por este cultivo.
“Este es el segundo año que hacemos cosecha. El año pasado sacamos en torno a 800 kilos de pepita y este año tiene entre 1.000 y 1.200 kilos”, señala. “Tuvimos un problema con la helada a principios de abril, que cayeron 7 bajo cero. Pero la variedad Penta tiene casi 20 días de periodo de floración y una parte importante salió adelante”, recalca.
En busca de la máxima eficiencia, Donis ha puesto riego por goteo, y en próximo paso va a ser instalar sensores de humedad para saber exactamente lo que demanda el cultivo. También apuesta por la fertirrigación.
Mecanización
Juan Marugán, de New Holland, destacaba que la mecanización es una de las principales ventajas del cultivo del almendro en seto. “Una de las pegas que ha habido históricamente con los cultivos leñosos ha sido la dificultad a la hora de mecanizar el ciclo completo, pero con el modelo de plantación en seto ya es posible”. En concreto la recolección, “que realizamos tan fácil como si se tratara de un herbáceo”.
La máquina realiza una recolección en continuo y hace todo lo que es el conjunto de lo que implica la recolección: la sacudida del árbol, la recogida del fruto -que no cae al suelo- y la limpieza para quitar las impurezas, como hojas o pequeñas ramas.
Un suelo agrícola que gana valor
También se muestra entusiasta con el almendro en seto Juan Añibarro, gerente de Viveros Fuenteamarga, para quien esta fórmula “está incrementando el valor económico del terreno”. Por ejemplo, “hasta ahora era impensable que en el norte de Castilla y León tuviéramos tan tarde una explotación llena de almendras. Porque lo que conocíamos hasta ahora era que la mitad de los almendros se hielan en esta zona”.
“Gracias a la genética y a variedades como la Penta, que es de floración extratardía, podemos tener unas cosechas muy aceptables”, destaca.
Para Añibarro, el paisaje de Castilla y León está fundamentalmente marcado por la helada tardía, que hace muy difícil la producción de frutales.
“Hay una palabra que lo cambia todo, que es la genética. Tenemos variedades que son ultraproductivas, precoces, y que además brotan tarde. Es una nueva posibilidad, una pata más, que se une a las posibilidades, que son enormes, de producción agrícola en la región”.
Diversificación en Castilla-La Mancha
“En Castilla-La Mancha, la motivación para plantar uno u otro cultivo dentro del proceso de diversificación es que sea rentable y viable”, señala Ramón Inocencio, que acogió otra de las jornadas.
Su director técnico, Constant Díaz, destacaba el reto de las malas hierbas. “Año a año lo vamos solucionando y estamos obteniendo resultados satisfactorios. La idea que tenemos es seguir mejorando la plantación, llevarla al máximo potencial y quizá ampliarla a goteo”, subraya.
Alternativa a los hortícolas
El Demotour también se detuvo en Extremadura, donde cada vez son más los agricultores que apuestan el almendro, un cultivo que ha protagonizado uno de los mayores crecimientos en la última década. Sobre todo por su rentabilidad, basada en una menor demanda hídrica y una completa mecanización.
“Decidí poner almendro en seto en superintensivo para diversificar la explotación; vengo de tomates y de maíz”, recalcaba el agricultor Ángel Borreguero, de la localidad de Torrefresneda. Su finca ha rondado los 2.000 kilos por hectárea.
Eduardo Rodríguez, delegado comercial de Agromillora en Extremadura, explica que es una de las regiones donde más se ha incrementado la superficie de almendro. “Hace cinco años apenas llegábamos a las 2.000 hectáreas, mientras que hoy llegamos a más de 9.000. Además, está prevista la plantación de entre 6.000 y 7.000 hectáreas en los próximos dos o tres años”, recalca.
Este crecimiento de la extensión de cultivo en la comunidad ha venido motivado por la rentabilidad que ofrece el almendro: “Una alternativa real para los agricultores de hortícolas”.
