Pasadas ya las borrascas y con unas temperaturas bastante más bajas, la normalidad ha regresado a los campos españoles; a finales de noviembre se reanudan las labores de siembra y la cosecha de maíz y girasol.
Mientras tanto, los mercados registran muy pocas operaciones, ya que las coberturas están realizadas hasta final de año.
Los puertos siguen recibiendo materias primas, y si no reciben más es porque no tienen mayor capacidad de almacenamiento.
La oferta por parte de los agricultores es un lento goteo. Hay mucho grano acumulado de la cosecha 2022, que sumado a las existencias de lo cosechado en 2023 (sobre todo en provincias como Burgos o Palencia) nos arroja el equivalente a una cosecha normal, o incluso buena. Se trata sin duda de un factor que puede acentuar la tendencia a la baja.
Nueva caída en el consumo
Las previsiones apuntan a un descenso del consumo, que de hecho ya se viene produciendo; puede ser de entre un 6 y un 10%, lo que significa que para un volumen de 37,5 millones de toneladas de pienso podríamos estar ante un descenso cercano a los 3 millones de toneladas.
En cuanto al mercado internacional, hay fluidez normal en la salida de grano de Ucrania y, como único factor alcista, en Brasil se ha reducido algo la siembra de soja en beneficio del algodón.
En Argentina, la nueva dirección política facilitará una agricultura más ágil y un mayor consumo de semilla, junto al resto de inputs.