La Ingeniería Agrícola destaca por su evolución positiva en un contexto en el que la mayoría de las titulaciones de Ingeniería en España pierden alumnado y aumentan los llamados grados blancos. Así se recoge en el III informe ‘Análisis de los estudios universitarios en Ingeniería’, presentado por el Instituto de Graduados en Ingeniería e Ingenieros Técnicos de España (INGITE), en el que se confirma que la rama agrícola continúa creciendo y reforzando su papel estratégico en el ámbito agroalimentario, medioambiental y rural.
Según el informe, las titulaciones vinculadas a la profesión de Ingeniero Técnico Agrícola han experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años. Las matriculaciones han aumentado un 8,32% en la última década, y la presencia de mujeres sigue ganando peso, con un incremento del 5,86% en el mismo periodo y tasas de graduación superiores a las de los hombres. También el número de egresados refleja una evolución favorable, con un crecimiento del 3,27% en los últimos nueve años.
Otro dato relevante es el aumento del 6,13% en el alumnado de nuevo ingreso durante el último año.
Además, la Ingeniería Agrícola se caracteriza por mantener una estructura formativa coherente con el ejercicio profesional. Más del 87% de las titulaciones existentes en esta rama son habilitantes, lo que garantiza el acceso directo a la profesión regulada de Ingeniero Técnico Agrícola, a diferencia de otras áreas de la ingeniería con alta presencia de grados no habilitantes (grados blancos) que obligan a cursar un máster posterior para poder ejercer.
Un informe que alerta sobre la situación general de la Ingeniería
El estudio del INGITE, basado en datos oficiales del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (octubre de 2025), analiza la evolución de todas las ramas de Ingeniería en España y refleja una tendencia preocupante: el número de estudiantes matriculados ha caído un 33% en los últimos veinte años y más de la mitad de los Grados ofertados no son habilitantes.
Esto ha provocado que más de 200.000 titulados no puedan ejercer directamente la profesión regulada para la que creían estar formándose, a lo que se suma una tasa de abandono cercana al 50% en estos estudios.
Una Ley de la Ingeniería para ordenar el sistema
El informe insiste en la necesidad urgente de contar con una Ley de la Ingeniería que aporte claridad y seguridad jurídica tanto a estudiantes como a empresas, profesionales y administraciones.
“Desde el Consejo de Ingenieros Agrícolas compartimos la necesidad defendida por el INGITE de contar con una Ley de Ingeniería, ya que una regulación clara evitaría confusiones y favorecería la competitividad del país y la adecuada respuesta a los retos del sector agroalimentario y medioambiental”, afirma Carlos Gutiérrez, presidente del Consejo General de Ingenieros Agrícolas.
Una profesión imprescindible para los retos actuales
La Ingeniería Agrícola juega un papel clave en ámbitos como la sostenibilidad, la seguridad alimentaria, la gestión eficiente del agua, la modernización del medio rural o la adaptación al cambio climático. La tendencia positiva en matriculaciones, egresos y presencia femenina refleja tanto la demanda real de profesionales cualificados como el interés creciente del alumnado por una profesión con amplia empleabilidad y una contribución directa al bienestar de la sociedad.
