La Granja de Desarrollo Ovino AGM es uno de los referentes regionales y nacionales en innovación ganadera. Acaban de recibir el Premio Excelencia Figan por su compromiso con el bienestar animal.
Alberto García, su director general, ha explicado cómo han integrado la innovación y el análisis constante de procesos en su explotación para mejorar su explotación. En su granja utilizan el calostro para inmunizar los corderos. Para ello, han habilitado una nueva zona dentro de sus instalaciones. “De ahí salen directamente a las salas de lactancia. Las primeras 24-48 horas son críticas para esos animales y necesitábamos una zona aséptica”, explicaba Alberto.
El calostro que toman los corderos, no es un calostro cualquiera: es el específico para ello. ¿Cómo lo hacen? Analizando la calidad del calostro. “Tenemos digitalizado todo el proceso. Nuestros calostros están registrados y señalizados con códigos QR. Hemos analizado nuestros calostros durante los últimos tres años y sabemos qué calostro debemos dar a cada cría”, explicaba.
Junto a los calostros, diseñaron hace 10 años un probiótico natural que dan a los corderos antes de tomar el calostro. ¿Sus ingredientes? Desde bálsamo de ajo y vinagre de manzana, hasta encimas o plantas.
Esta innovación y el análisis constante ha sido clave para la certificación de la Granja de Desarrollo Ovino AGM como granja certificada en Bienestar Animal y Cero Antibiótico. “Para lograr este cambio hemos tenido que realizar un gran esfuerzo por analizar y mejorar nuestro proceso productivo”.