Parece que el verano acaba de empezar, pero los tiempos en los mercados de cereales son otros. La mayoría de los fabricantes ya tienen organizadas las compras del total de sus necesidades para julio, agosto y septiembre, y una parte de lo que necesitan hasta final de año, lo que nos lleva a estimar que se ha comprometido más de un tercio del cereal total que se consume.
La inmensa mayoría de este cereal comprometido es de importación, debido a la falta de oferta de cereal nacional.
La paradoja es que en el mercado nacional nos resistimos a vender, esperando que los precios puedan subir, mientras en el mercado internacional continúan bajando, debido a la gran oferta mundial de grano.
Al final podría ocurrir que esta resistencia por parte de la oferta de cereal nacional terminara provocando bajadas importantes de cara a final de año: la cosecha ha sido abundante y, si aparece mucho grano a la vez, podría colapsar un mercado que ya de por sí cuenta con poca demanda.
A nivel internacional:
- Rusia sigue forzando la venta de trigo, con su cosecha a punto de terminar en las zonas más tardías.
- Ucrania sigue queriendo vender y uno de los destinos más cercanos sigue siendo España, donde la falta de oferta de cereal nacional está dejando mucho hueco al grano ucraniano.
- El maíz en EEUU evoluciona muy bien debido a las buenas condiciones climáticas, y avanzamos hacia una cosecha que puede ser récord en rendimiento en algunos estados.
- Argentina está teniendo buenas condiciones de humedad en las regiones más tempranas para la siembra de maíz.