En las últimas semanas ha habido subidas importantes en las cotizaciones, principalmente por los movimientos realizados por los grandes fondos de inversión, que estaban en una situación ‘de corto’, con más ventas realizadas que compras, y que han optado por ir haciendo adquisiciones.
El llamado ‘weather market’ tiene aquí un papel importante. Han influido los atisbos de sequía, con una reducción en las expectativas de cosecha de diferentes regiones productoras. El informe USDA apunta a una reducción de las existencias mundiales de trigo, con una caída en la producción de gigantes como Rusia y Ucrania, mientras las previsiones son algo más optimistas para Argentina o India.
En el caso del maíz las existencias mundiales también podrían verse reducidas, con una caída en la producción de países como Brasil o, de nuevo, Ucrania.
Mercado español paralizado
En realidad, esas subidas no tienen un sostén real y no se han trasladado al físico, dado que los compradores están cubiertos. El mercado nacional está paralizado, dado que hay cobertura hasta la nueva cosecha; los compradores saben que los stocks de la cosecha del año pasado más la expectativa de la nueva cosecha hacen que se pueda esperar unos precios más competitivos a medio plazo.
La situación es de cierta normalidad, por tanto, con la perspectiva racional de que haya una corrección de los precios al inicio de la nueva campaña; se prevé que la cosecha sea significativamente superior a la del año pasado, que fue históricamente malo.
Más de 8 millones de toneladas de cebada
Las previsiones apuntan a que la producción de trigo blando pase en España de 3,5 a 6,7 millones de toneladas. La cebada, por su parte, pasaría de 3,8 a 8,3 millones de toneladas y el trigo duro pasaría de 431.799 a 968.162 toneladas.
En regiones como Castilla y León se puede estar ante un resultado mucho mejor que el de 2023, cerca del doble, pese a la reducción en la superficie de siembra, que podría rondar el 6%.
Se trata de previsiones que tienen visos de cumplirse, teniendo en cuenta el estado de los cultivos y las previsiones meteorológicas que se nos ofrecen en el momento de elaborar este análisis, con mínimas que no bajan de los seis grados y máximas normales para esta época del año. El cereal lo tiene todo a favor para granar de forma adecuada.
A todo ello se debe añadir que la mercancía almacenada de años anteriores supera el millón de toneladas.
El interior compite con el puerto
Las estrategias comerciales deben tener en cuenta que el campo de juego ha cambiado respecto al del año pasado. Entonces el precio del grano nacional se calculaba sumando el precio del puerto al del transporte hasta el interior de la península.
Ahora es diferente en el caso de regiones como Castilla y León, puesto que habrá un flujo de existencias hacia zonas más periféricas, como Galicia o Extremadura. De este modo, si se vende desde el exterior a, por ejemplo, Galicia el precio se calculará sumando el precio nacional más el transporte. El interior competirá directamente con los puertos.
