Natalia Lozano
La campaña de la castaña encara su recta final en toda España con un diagnóstico que preocupa al sector. Una de las cosechas más bajas de los últimos años. Regiones históricamente productoras como Galicia, El Bierzo y Extremadura registran descensos llamativos. En concreto en la zona sureste de Extremadura, en la Sierra de Villuercas se encuentra los castañares El común. Desde allí Rocío Vázquez explica que ha habido un descenso de entre el 50% y el 70%, un desplome provocado por “las bajas temperaturas de finales de agosto que afectaron al cuaje del fruto”. En un país que se sitúa entre los principales productores de castaña de Europa, esta caída supone un golpe notable para un cultivo tradicional y estratégico en muchas comarcas rurales. Mientras tanto, el mercado se mueve entre la menor oferta nacional y la creciente presencia de castaña importada, que compite en precio, pero no en calidad.
Descenso en la producción
Rocío Vázquez, de Castañas El Común, explica que la producción ha sido significativamente inferior a la del año pasado, estimando una caída de entre un 50 y un 70 %. “Ahora mismo estamos terminando de recoger la variedad tardía Verata para finalizar la campaña”.

Según Vázquez, las condiciones climáticas han sido decisivas y han propiciado esta mala campaña. “En agosto hizo calor, pero la última semana bajaron muy fuerte las temperaturas y hubo un par de noches que incluso heló. Esto estropeó el cuaje justo cuando las castañas comenzaban a formarse”, explica. A pesar de estos problemas, la empresaria asegura que no han tenido incidencias por plagas, ya que cuidan y tratan los castaños de forma adecuada.
Históricamente, la peor campaña de los últimos años había sido la de 2022, pero según Vázquez, la de este año se aproxima a esa cifra y refleja un cambio drástico respecto a las temporadas normales de producción.
Normalidad en los precios
La campaña de castaña es estacional. Comienza a finales de septiembre y se extiende hasta finales de enero, con el consumo más alto alrededor del 1 de noviembre y la Navidad, descendiendo después de las fiestas. Vázquez también advierte sobre la entrada de castaña de importación en España, principalmente de China, “con precios muy bajos y calidad inferior, mientras que la castaña europea circula entre distintos mercados, como España e Italia. Esto siempre ha pasado, pero al final el cliente sabe diferenciar el buen producto”.
En cuanto a los precios, afirma que se mantienen “similares a los del año pasado en campo, aunque en tienda los consumidores parece que están notando un incremento durante esta campaña”.

A pesar de la mala campaña, los productores confían en mantener la calidad de la castaña española, destacando la selección manual y los cuidados en la recolección y el envasado. Factores que aseguran que la fruta nacional siga siendo competitiva frente a la importación.







