Desde Sanchonuño, Ultracongelados del Duero procesa el guisante de 1.750 hectáreas con destino a los lineales de Mercadona
También productos como la zanahoria o el maíz dulce, siempre con la meta de garantizar la rentabilidad para el agricultor
Buena parte del futuro del campo pasa por la implicación de la industria: por una relación estrecha con el agricultor, en la que se consolide la relación comercial y se refuerce el compromiso por la calidad. Un ejemplo de este tipo de relación se encuentra en Sanchonuño (Segovia), donde Ultracongelados del Duero procesa 26 millones de kilos de productos agrícolas al año.
La planta ultracongela diferentes productos que acaban en el lineal de Mercadona, la principal cadena de distribución española: el guisante, que supone el 44% de la producción de la fábrica, la zanahoria, que supone otro 28%, y el maíz dulce, con un 16%.
Las cifras demuestran que el guisante es la joya de la corona de la compañía, que procesa 300.000 kilos de guisante al día. La campaña se ha desarrollado durante los meses de mayo y junio, cuando se ha canalizado la producción de 80 agricultores, con nueve técnicos dedicados a atender unas 1.750 hectáreas de cultivo.
Miguel Ángel Falces, director de la planta de Sanchonuño, subraya que la elección de variedades y zonas de plantación se realiza con el objetivo de obtener una producción de alta calidad de forma escalonada, de modo que la campaña se alargue lo máximo posible y se pueda realizar de forma ordenada.
Compra de semilla
Desde los servicios técnicos de este interproveedor de Mercadona se señala al agricultor las variedades que le corresponde sembrar y le provee de semilla, cuya adquisición se financia: su valor será descontado en el momento de pagarle la producción.
La relación es completa desde el punto de vista agronómico, de modo que se le obliga a rotar los cultivos (con cereal, girasol, colza…) y se le asesora en relación con los tratamientos que debe realizar.
Variedades
Carlos Consuegra, técnico de campo de Ultracongelados del Duero, destaca que año tras año “se seleccionan las variedades más adecuadas por calidad, comportamiento del cultivo y en fábrica”.
También subraya que el guisante “es una muy buena rotación” porque “es un cultivo mejorante”. También es interesante para el agricultor porque permite hacer doble cultivo con espinaca, que también será adquirida por la compañía.
Colaborador habitual de Carlos Consuegra es Iván Cadenas, responsable de campo de la compañía Agroturrado, que cada año siembra unas 130 hectáreas de guisante. Por lo general pone este cultivo después de cereal, y en ocasiones en la misma finca siembra espinaca, a finales de agosto. El siguiente octubre ya puede empezar a sembrar el cereal, de modo que aprovecha “toda la mejora del suelo que ofrece el guisante”.
Ingresos y gastos
Los gastos del guisante son similares a los de la colza de regadío o a los del cereal de regadío, de alto potencial. Una semilla de calidad ronda los 370 euros, a lo que hay que añadir unos 800 kilos por hectárea de un abono complejo 8-15-15. Cabe añadir en la contabilidad del cultivo los diferentes tratamientos, y por supuesto lo que suponen el precio de la tierra y el riego.
Los rendimientos por hectárea están entre algo más de 6.000 kilos y algo más de 7.000, según el técnico de Agroturrado. Ultracongelados del Duero establece una tabla de pagos en función de la dureza del guisante, en relación con un histórico y con el precio que el producto alcance en mercados como el francés o el alemán. Para fijar un precio medio se puede hablar de 25 céntimos el kilo.
Demanda de agua
El cultivo de guisante demanda unos cuarenta litros de agua a la semana. La siembra se realiza en torno a febrero y lo habitual es que haya tempero, de modo que no haga falta aportar agua en ese momento. La demanda hídrica crece más adelante, sobre todo cuando se acerca al final del ciclo, según Cadenas. Para él, el suelo ideal para este cultivo es un suelo suelto, que drene bien. Que no sea muy frío y por tanto que no se compacte.
El año pasado fue bueno en producción y esta campaña ha sido algo peor; aunque es pronto para analizar la cosecha, las heladas de abril han afectado al cultivo en algunos puntos y el agua caída en mayo ha causado problemas sanitarios.
La clave está en el ultracongelado
Una vez recogida la producción de guisante se traslada a la planta de Sanchonuño y allí va pasando por diferentes máquinas que eliminan la tierra, las piedras, las vainas y los guisantes que presentan un calibre demasiado pequeño.
Más adelante se escalda el guisante, de modo que se bloquea su evolución; se enfría y entra al túnel de ultracongelado, donde se mantiene en movimiento constante para que unos guisantes no se peguen con otros.
El ultracongelado dura entre dos y tres minutos, con un aire a 40 grados bajo cero. Este proceso tan rápido es lo que diferencia el ultracongelado del congelado convencional, “y lo que garantiza que el producto conserve todas sus propiedades”, como subraya Miguel Ángel Falces.
Nacida en el año 2000
Ultracongelados del Duero nació en el año 2000 en el seno del navarro Grupo Virto, dentro de la apuesta empresarial por acercar sus plantas a las principales zonas productoras de España. La historia del grupo nace en 1984, cuando Javier Virto, actual presidente y director general del grupo, da el paso de ultracongelar. Hasta entonces disponía de diferentes almacenes y funcionaba como operador, que compraba y distribuía diferentes productos del campo, sobre todo hortalizas.
En aquel tiempo hace un viaje por Alemania y ve en qué mal estado llegan los productos. Es cuando detecta la necesidad de hacer que el producto llegue a Europa central ultracongelado, conservando todas sus propiedades.
El paso de producto fresco a ultracongelado se da en la planta de Azagra, en la comunidad de Navarra. Empieza a ultracongelar y a abastecer a los mercados nacional e internacional. A partir de ahí va creando diversos centros especializados, próximos a las zonas del cultivo para que pase el menor tiempo posible desde que el producto es cosechado hasta que finaliza el proceso de ultracongelado. Todo el proceso dura menos de tres horas.
En el año 1993 se empieza a suministrar a Mercadona y en 1998 se convierte en interproveedor, lo que ha permitido al grupo mantener su línea de crecimiento sostenido.
A los lineales de la cadena llegan tanto productos ultracongelados como platos preparados con ingredientes de Ultracongelados del Duero. Una vía directa para llevar salud a la mesa desde el campo de Castilla y León.