Ricardo Ortega
La demanda española es incapaz de absorber la oferta de limón, fruto sobre todo de dos factores: una elevada producción, de unos 70.000 kilos por hectárea frente a una media histórica de 50.000, y unas importaciones muy elevadas, principalmente desde Argentina.
Desde el mes de diciembre los precios del mercado se mueven entre los 10 y los 13 céntimos el kilo, “pero la realidad es que el precio de mercado es nulo”. El resultado es que la producción se ha tenido que recoger y arrojar al suelo para que la planta no se estrese y pueda florecer de nuevo, continuar su ciclo. Así lo señala la agricultora María del Mar Galindo, agricultora de San Javier, en la Región de Murcia.
La variedad que produce es la Fino 49, que se recoge de noviembre a febrero. Florece a partir de marzo. También en primavera, ha comenzado la recolección de la variedad Verna “y la situación del mercado es exactamente la misma”.
Para que ese ciclo se produzca con normalidad y la planta no se estrese ha habido que arrojar al suelo los limones, lo que supone un gasto importante para la explotación.
¿No se puede hallar otra vía para la comercialización? Hasta ahora no se ha conseguido llegar a industrias, como la del zumo, que permitan dar salida a la producción. Y desde luego es inviable dirigirse a la hostelería o directamente al consumidor. “Una explotación de tipo mediano, como la nuestra, ha arrojado al suelo 800.000 kilos de limones, el equivalente a 40 camiones”, lo que para María del Mar hace impensable una solución de este tipo.
“Un comportamiento habitual de los cultivos es que, después de un año de producción elevada, venga otro de cosecha reducida y suban los precios”, asume la agricultora con evidente profesionalidad.
Pero la amenaza de las importaciones siempre está ahí, y es algo que está en el meollo de las protestas de los últimos meses.
En cualquier caso, para esta agricultora la fórmula sigue pasando por diversificar la producción, ya que “sabemos que cada año hay un cultivo que da mal resultado; por eso hay que pensar bien las plantaciones”.
