Ha llegado ya la mitad del mes de marzo y es el momento de empezar la recolecta de patata ecológica en el invernadero que Contagri posee en el municipio sevillano de Alnazcázar. Esta semana se ha iniciado la cosecha del producto, del que Marco Román, gerente de la empresa, asegura que posee “una calidad excelente”.
Durante estas dos semanas, Contagri sacará entre 300 y 350 toneladas del tubérculo variedad Águila, que ya están comprometidas con una compañía belga, lo que otorga una estabilidad total al proyecto. El ritmo de la entrega de las patatas dependerá de las necesidades del cliente, pero, normalmente, se culmina lo largo de un mes.
Según Román, el aspecto del producto es “espectacular, con muy buen lavado”, y su salud es óptima. “Han crecido muchísimo y bien. De hecho, hemos tenido que cortarlas y desbrozarlas porque el cliente nos pide que no tengan más de 65 milímetros”.
Las condiciones climáticas han sido ideales para el buen mantenimiento del cultivo. Ha habido días fríos y también lluvia. La temperatura dentro del macrotúnel siempre está entre 5 y 8 grados por encima de la del exterior, y al hacerse el riego a goteo no ha habido ningún problema de agua.
Para el cuidado y la nutrición de estas patatas se utilizan abonos y tratamientos orgánicos con productos que se utilizaban hace medio siglo como el azufre o el silicio, con lo que la huella de contaminación se reduce al mínimo.
La inversión para producir patata en invernadero ronda los 8.000 o 10.000 euros por hectárea, y los plásticos se montan y desmontan cada año en función de la rotación de parcelas de la finca que Contagri tiene en la provincia sevillana.