Alfonso Palomo
La combinación de menor producción en España y caída en los precios del cereal nos lleva a un escenario desfavorable, en el que muchos agricultores tienen difícil incluso cubrir sus gastos de producción.
Lo tienen peor, por razones obvias, aquellos que no contrataron un seguro de rendimientos.
La falta de agua es hoy el factor principal en la agricultura española. Se han cumplido las peores previsiones, sobre todo en el sur, mientras en el norte de Castilla y León aún podría obtenerse producción. Será necesario hacer balance de las lluvias llegadas a finales de mayo.
En cualquier caso, la previsión para el conjunto del país es de menos de la mitad que el año pasado. Como consecuencia, España deberá importar casi 25 millones de toneladas de materias primas, entre cereal y proteínas.
Hay un enorme hueco para el grano de importación, que llegará desde los países en los que se espera una buena cosecha, empezando por Francia, Alemania, Reino Unido y países bálticos. El recorrido continúa por la Europa del Este, incluidas Ucrania y Rusia, país que ha renovado por 60 días el ‘corredor’ del Mar Negro. Importante factor bajista.
Globalmente puede ser un año de buenas cosechas en el mundo, con lo que los mercados toman posiciones. Los fondos de inversión adoptan una posición corta: han realizado más contratos de venta que de compra, lo que significa que tienen buenas perspectivas de que haya producción agrícola.
Ante esta bajada de precios, cabe hacerse una pregunta. ¿Cuántos euros por tonelada podemos atribuir a la actividad de estos fondos de inversión?