El buen funcionamiento de toda esta estructura, con excelentes cifras de producción, exportación y calidad, se sustenta en un pilar básico como es la sanidad de la cabaña
Castilla y León cuenta con un “potente sector cárnico de bovino” cuyas cifras lideran todos los listados nacionales. Según datos del Ministerio de Agricultura, los ganaderos colocaron en los mercados nacionales e internacionales 114.000 toneladas de carne en 2019, la mayor producción de toda España, gracias a la vasta cabaña bovina de la región que cuenta con 1,4 millones de ejemplares, alojados en más de 24.000 explotaciones, de los 6 millones de reses con las que cuenta toda España.
Además, los métodos de producción, muchas veces en extensivo, dotan a la carne bovina de nuestra región de una calidad igualmente referente en los mercados mundiales. No en vano, hasta cinco sellos geográficos o de garantía avalan este beneficio cualitativo.
Y por último, el estado sanitario de la cabaña castellanoleonesa, es, en opinión de productores de otras regiones con mayor prevalencia de enfermedades, “envidiable y prestigioso”. En 2019 se ha producido un nuevo descenso de la prevalencia de tuberculosis bovina hasta descender el número de explotaciones positivas a solo 1,41%. Otras regiones productoras exhiben cifras de un 14%, de un 7 o de un 6, si nos fijamos respectivamente en Castilla-La Mancha, Andalucía o Extremadura.
Todo este engranaje, parece ser que correctamente engrasado, procura que la exportación cárnica fluya con fluidez desde Castilla y León al resto del mundo y los cebaderos funcionen básicamente bien.
El andamiaje se sustenta principalmente en un pilar: la sanidad de la cabaña bovina. Y vista la crucial relevancia e incidencia de la sanidad en la exportación y en el consumo habitual cárnico, a COAG Castilla y León le sorprende que todavía haya colectivos y organismos del sector agrario de nuestra región que pidan relajar las medidas sanitarias de nuestra cabaña. Al parecer, se solicita que las inspecciones muestren menos celo y sean más permisivas para evitar que ello ocasionara “molestias” a los ganaderos. Se esconde que es el ganadero el principal beneficiado de una sanidad estricta y prestigiada en los mercados.
Los ganaderos anuncian que hay un perfecto equilibrio ahora mismo en las explotaciones, gracias al buen funcionamiento de la exportación. Si ésta se resintiera mínimamente, los cebaderos comenzarían a colapsarse y el boyante sector se podría derrumbar.